
¡Pueenteeeeeeeeeeeeeeeeeeee! Bueno, para los que lo estéis disfrutando. Nosotros no hemos tenido, pero ya sólo es mañana y, de nuevo, fiesta.
Además, aunque parezca la mujer del tiempo, hoy ha hecho, no ya de primavera, sino de verano auténtico.
He vuelto a sacar los zuecos y de verano no he ido vestida, pero

desde luego, me sobraba todo. Es para preocuparse el calorazo que ha hecho.

Veías a la gente con short y camisetas y por supuesto, con zapatillas o chanclas. Vamos, como en pleno mes de agosto. ¡No puede ser posible!
Y eso que había oído que se acercaba el invierno más frío desde hacía un montón de años… Supongo que el frío vendrá en enero y febrero, como el año pasado.
¡Pobres tiendas! Así, ¿cómo van a vender? Entre el clima, el Gobierno (habemus Papa) y demás, es imposible. Veo los escaparates tan ideales, con abrigos, gorros, etc. Y claro, ¿a quién le apetece comprar eso ahora?
¡Hoy apetecía playita! Hemos ido de compras y nos hemos asado.
Me he comprado un abrigo impresionante (bueno, es para mi cumpleaños y mi marido no me deja ponérmelo antes) y lo cierto es que no abriga mucho, como todo lo mío. ¡Chiflada he venido!

No os quiero dar mucho el rollo hoy, aunque ya lo leeréis cuando volváis de vuestro puente…
He decidido hablaros de “Copo”, marca sevillana, concretamente de Marchena, porque creo que ha reunido en sus colecciones (algunas originales y muchas clásicas con toques renovados), lo que más está haciendo furor esta temporada de otoño-invierno, para las niñas.

Por ejemplo, los cuadros: no hay invierno sin cuadros, eso lo tengo claro. Para mí, un conjunto de cuadros es fundamental y casi obligatorio en un niño, en este caso, niña.

Son unos cuadros donde predomina el verde, y lleva una rayita roja. Es decir, combinado con rojo, espectacular.
Mirad qué mono el conjunto de bombachos, con la camisa blanca, que es deliciosa. Tiene un diseño fabuloso: el cuellote con el lazo, el corte en la

manga… Me encanta.
El vestido también muy bonito, con todos los detalles de tira bordada en la pechera, puños y bajo. Es un vestido escocés… diferente.

Mirad los bombachos por detrás, y observad los delicados volantes hechos de la misma tira bordada que el vestido. Me parecen divinos…

Otra opción es la falda-bombacho, también superior, que ya veis cómo queda de mona.
Lazote rojo en la espalda, faldita por delante y dejando ver los volantes…¡Maravillosos!

También monísimos, cómo no, los conjunto de falda y blusa blanca (la divina de antes). Las falditas, con vuelo y cortitas, como me gustan a mí. Les pones leotardos o pantys y bailarinas en rojo, algo por arriba en rojo, y unas niñas clásicas impresionantes.

Un toque más modernito en estos modelos en gris oscuro, pero con detalles celestes. Ya veis, que son algo más que detalles…


El vestido de vuelo y talle alto es una maravilla, con esa pechera haciendo círculos en celeste y crudo, al igual que en los puños de manga francesa.
En el bajo, tira bordada y otra tela lisa, también en celeste.
La espalda, un clásico: con la lazadota grande atrás y el cuellito de volante. No cabe duda de que es un vestido monísimo. Y arregladito para cualquier ocasión.

Aquí abajo, tenéis el otro diseño de vestido de la misma colección, en recto, pero con una pechera impresionante en forma de V, los puños y el bajo. Todo, con los círculos y tonos crudos de antes. Otra preciosidad.
La más moderna, la pequeñaja, con el Jesusito, que lleva todo el cuerpo y mangas de la tela de círculos, talle alto y después, ya el vuelo gris con el bajo celeste. Yo, desde luego, les pondría medias y zapatos grises, no celestes. Mucho más elegantes.
¿No os parece? Si fueran celestes, quedaría más «cursilito».

Divinísimo este vestido crudo, con cuello y puños de encaje, manga francesa y una banda verde con lazada de tul.
Parece que va a ser repolludo por la descripción y es todo lo

contrario: pura sencillez y delicadeza. El tono, perfecto para un día especial. Me parece un sueño de vestido.
Nada recargado, arreglado, encantador en una palabra.
Ya veis su sencillez en la espalda, perfecto y con los vivos en el verde de la banda, justo antes del puño de encaje. Esos detalles me apasionan.
También arregladitos, en estampado azul verdoso, estos vestidos, que para un día especial, también son una monería.

Llevan encaje en la cintura, muy discreto y también en los puños de nuevo, además de una puntilla blanca, igual que la del cuello.
Para una boda de invierno, por

ejemplo, sensacionales.
Les pones cualquier abrigo o capa arreglado y las niñas van de muerte.
¡Vestidos con muchísimo gusto y no soy ni mucho de este color ni de estampados, con que fijaos lo que me han tendido que gustar!
La espalda, pues ya la veis. Sencilla y preciosa, con lazada de gasa, sin más. ¡Absolutamente perfectos! Me han encantado.

Novedosos los diseños en rosa. El estampado liberty es una preciosidad.
El vestido ya, es más de gustar o no gustar, debido, precisamente al diseño que os digo.

Ya veis que el cuerpo va cruzado por dos bandas rosas con puntilla haciendo ondas. También el bajo es peculiar, terminando también en puntilla que hace como flores.

El conjunto de bombachos (para mí gusto, más mono) con blusa exquisita rosa y detalle precioso en el cuello, junto con los bombachos en la tela de florecitas y detalles de tul. Femenino y con muchísimo gusto.

Más bombachos y más rosa. No cabe duda de que estamos en la era de los bombachos.

¿Qué os parece éste, de abajo, con blusa blanca con lazada de tul en el escote y bombachos de terciopelo con volantes también de tul?
Queda divino. Si me lo explican, digo que no me gusta. Pero lo hacen tan bonito, tan poco excesivo, tan delicado… que no me queda otra que decir que me priva.
Otro vestido chiflante: éste, con estampadito pequeño en gris, cuello bebé y puños blancos.

Tan sólo una lazada de tul en cruda, super discreta, que le da un toque coquetón que me pirra… ¡Elegancia total! Los puñitos también en blanco en la manga francesa y el pliegue central, le dan un aspecto de niña pulcra y buena, que parece un angelito. ¡Superior!

Para cualquiera día, para un día especial, etc. Muy versátil, dependiendo de con qué lo complementas, pero en cualquier caso, magnífico.

Tampoco se han olvidado del furor que hay este año con la tela Príncipe de Gales, o de estos estilos formales, que están arrasando, como os digo.
Se lleva la seriedad de la tela y el encanto de los diseños para las niñas. Más no me puede gustar esta elegancia, al lado de tanto colorín y vuelos que veo.
Sobre todo, cuando el diseño es como éste, con la pechera maravillosa de plumetti, lo que le quita seriedad y le aporta romanticismo y el chato de la tela del vestido.

Divinos puños, también en plumetti, manga francesa y ¡voilà! Maravilloso vestido, pero maravilloso de verdad… Con los complementos en gris claro u oscuro, muy pocos lo superarán. A esto le llamo yo elegancia y no a bla bla bla… (que os lo sabéis de memoria: súper vuelos con pascualas). Si no lo digo, reviento, jajaja.

Siguen con moda total, en este caso con la pata de gallo (otro gallo nos cantara si se llevaran más estas maravillas).

En tonos azules, ya veis que vestidos más impresionantes.
El primero de vuelo, con el cuerpo de punto de plumetti en este azul que es súper favorecedor, y la falda de pata de gallo en el mismo tono. Detalle en el cuello con la tela de la falda y … ¡de morir! Me recuerda al estilo de los años 50. Es una joya de vestido.

El otro, también bárbaro, recto , en la tela de pata de gallo, con doble cuello (uno de punto de plumetti) y doble puño y lazada blanca en el cuello. Para que vayáis pensando… Hay gustos y estilos para todo y desde luego, como os he dicho, depende de la niña que se lo vaya a poner.

Pero ideales, lo son, digáis lo que digáis. Los dos.
También en azul (esta vez empolvado que se dice ahora), monísimo vestido de lunares. Indescriptibles el cuello y los puños, que junto con el bajo, le dan la exquisitez necesaria para ser un vestido bombón. Lo único, que, para mi gusto, a esta niña le está un poquito grande…

Ya sabéis, que me gustan las cosas “curritas”, pero el vestido es otra joya.
Mirad aquí a las dos niñas con él puesto… ¡Qué maravilla queda al levantarse un poco, que se vea todo el bajo, tan lencero y tan monísimo! ¡Ayyyy, qué pena de vestidos tengo que ver todos los días, cuando están estos, que muchos ni los conocerán!

Bueno, y aunque tienen más, voy a dejaros como empecé: con cuadros. Esta vez en blanco y negro (también moda total) y más grandes. También soberbios.

Dos diseños de nuevo, para que podáis elegir el que más le va a vuestra hija. Uno más coquetón, digamos, con el talle alto, vuelo y una puntilla vertical en el centro de todo el vestido, bordeado de picunela roja que le da un encanto fetén. Los puños, con la misma puntilla y picunela y banda atada atrás.

El otro no se queda atrás. Fijaos en la maravilla de cuello, también con la picunela y la lazada de tul, que no sé cómo lo han hecho para que apenas se aprecie… sólo lo justo. Porque mucho tul no me gusta nada. Y las mangas… Pues miradlas. Ni más ni menos. ¿Qué veis?

Yo, estilo. Mucho. Mucho estilo y muchísimo gusto. Da gloria ver a niñas así, por Dios… ¿Los complementos?

Pues… son tan bonitos, que yo no lo estropearía con leotardos rojos, sino que se los pondría negros o gris oscuro, todo más elegante. Pero que cada una haga lo que quiera, es una sugerencia.
Os dejaré fotos de algo que no me haya dado tiempo a enseñaros. ¡Qué bonito es Sevilla! ¡Y esta maravillosa colección, que me ha alegrado aún más este maravilloso día!
Un beso por sevillanas
Es una colección espectacular en gusto y calidad a la venta en:
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