
Bueno, pues por aquí de nuevo, con los nervios un poco alterados de tanta historia falsa que leo, que oigo, que no me harto de escuchar por todos lados sobre el gravísimo problema que estamos viviendo con el independentismo catalán.
Es verdad que algunos me han aconsejado que no hable de esto en en blog, pero no me

sale, no soy así y estoy indignadísima.

Sólo diré que espero que el Señor Rajoy esté preparado, listos,

yaaaa, para meter en la cárcel a tanto desalmado y desagradecido.

A tanto tonto que se cree listo, a tanto memo, a los héroes de la nada, a los que intentan destruir España.

Siento decirlo, pero me van a sonar hasta las tripas de la emoción si veo entrar en la cárcel a Puigdemont y compañía.

Detrás van muchos nombres, pero no los voy a poner todos.
España unida y una sola bandera, la nuestra, la que amamos los españoles de verdad y no los analfabetos que no saben ni lo que dicen.



¡Qué bien les vendría un poco de lectura, de pararse a distinguir las voces de los ecos, de ir más ligeros de equipaje! Pero qué bien…

Aunque ya es un poco tarde.
Y no siento nada si los independentistas me dejan de leer. Al revés. Yo con esa gente, ni agua.
Bueno, me he quedado más tranquila…
Es mi blog y digo lo que quiero, lo siento por los consejos, pero a veces hago lo que me da la gana, como podéis ver. ¡Me hierve la sangre!
Y sin más, hablamos hoy de la magnífica colección de invierno que nos presenta «LaBubé”, como siempre con su impronta, con su sello, muy lejos de lo comercial, siempre para minorías. Así me gusta la gente: valiente, arriesgada, que haga lo que le guste y esté orgullosa de su trabajo, que es para estarlo, desde luego.

Esta colección de Carlota Abril es algo más que una colección. Es una puesta en escena, una fotografía bárbara que ha conseguido escenificar ni más ni menos lo que es la marca en su pura esencia.

Además, ha contado con colaboraciones maravillosas, como son los nuevos fulares de la marca “Malababa” y las exquisitas flores de “Sally Hambleton”.

¡Qué bien lo ha hecho Carlota! Fiel a su estilo, importándole un bledo si la colección es o no comercial, ha vuelto a enamorarnos a muchas de nuevo.

Como os decía el otro día, estas son las buenas diseñadoras, las que crean su estilo, preparan con mimo los escenarios y recrean exactamente lo que quieren.


De nuevo aparecen como base los colores oscuros, con pinceladas de rosa, celeste… Niños perfectamente preparados, como si fueran “niños de la posguerra”, o preciosas castañeras que hasta parece que pasan frío… ¡Es como un cuento todo!

La primera línea de su colección se llama Nomad y tal cuál, vemos a niños absolutamente caracterizados como tales.

Pichis gris oscuro, camisas de volante negras, que hacen el efecto de gris, delantal topo, pañuelos a la cabeza… ¡Una maravilla!

El conjunto, ya sabéis, no lo puede llevar cualquiera con gracia y estilo. Es para niñas con personalidad, que sepan llevar la ropa y que no les lleve la ropa a ellas. Niñas que pisen fuerte.

El look se repite en esta niña mayorcita con la deliciosa capita de punto en topo… Todo sobre la misma base, que es el pichi y la camisa.

Y cómo está con el pañuelo y las flores (arriba)! ¡Qué puesta en escena más bonita!

Esta pequeñaja nos enseña el pichi con camisa de volantitos blanca y chaqueta de calados topo. Ya veis, colores tristes como suele utilizar siempre Carlota.


Me encanta ese aspecto desaliñado a propósito… Después, vosotras, las podéis peinar y os aseguro que con un buen lazo en el pelo, a un lado, quedará de fábula.

Ideal también el niño de esta colección con el jersey bajo azul (me chiflan, largos, como caídos) y las bermudas grises. ¡No me digáis que no está mono!
Precioso con su foulard al cuello haciendo estilo… Ya lo veis en detalle. El jersey más estiloso no puede ser. Se ve, se nota.

También a juego la niña, con la chaqueta de calados azul… En grises y azules, perfectos.
Más colores oscuros con el jersey de frunce topo y falda gris de esta niña. Un jersey precioso, y lleno de gusto. La blusita blanca de volantito asomando por el cuello contrasta con tanta oscuridad. ¡Y ya veis la imaginación de Carlota con el pañuelo amarillo en la cabeza!

Y como una imagen vale más que mil palabras, mirad a “mi castañera”, con la capita azul de punto (un azul divino) y el pichi gris. Pero una castañera, tal cuál las que se ponen en Burgos, heladas en pleno mes de noviembre… ¡Y como la del cuento! ¡Bravo a la fotógrafa y a Carlota, por supuesto!
Es un modelo atípico para muchas, lo sé.

Pero si os atrevéis a ponerle esta maravilla con la capita, la niña no será una niña más de vuelos pomposos.
Será una niña con clase, especial y auténtica.
¡Hay tantos vestidos iguales en muchas

marcas que me recreo cuando sale una como ésta!
En vez de la capa, lo puedes sustituir por el delantal azul… Mil variaciones sobre el pichi gris.
Para darle más vida, el jersey del frunce,

lo tenéis también en azul con la falda gris… Variaciones perfectas sobre los mismos colores…

Su segunda línea es la Pink Bohemian y el nombre le va que ni pintado…

Mirad que tono tan colosal de rosa para este vestido con la chaqueta de calados a juego, hecha totalmente a mano…

O el vestido rosa con el delantal en el mismo tono…¡Me priva! Este conjunto se lo hubiera comprado a Almudena seguro…¡Me parece brutal!

¡Qué distinto de tanto y de todo!

La capita rosa, sobre el pichi gris y la camisa de volante negra (efecto gris)… Me parece un conjuntazo, algo realmente bonito y original.

De nuevo, una foto que me pirra: delantal de punto rosa, con el pichi y la camisa gris… Si lo unes al efecto de las flores, es una niña de película.

¡Basta de niñas florero! Me reitero en todo lo que dije en mi «famoso» artículo del pasado mes de marzo, que tanta polémica causó.
Y mira que me gustan algunos vestidos de vuelo ¿eh? Los bonitos, de liberty, o con estampaditos pequeños, lo que tienen algo que aportar a la moda, pero no los que tienen cuatro filas de volantes, puntillas y encajes por todos lados. ¡No a las niñas que parecen farolillos!

Demasiada marca de esta que llamo de usar y tirar está saliendo por los rincones…

Voy con su línea Liberty, de la que ya os imaginaréis un poco de qué va…

Los vestidos de florecitas de siempre, pero con el toque personal de Carlota. Vestidos que nunca pasarán de moda y siempre serán ideales, sencillos, sin barroquismos de ningún tipo.

El vestido flor roja y el vestido flor azul. Así se resumen. Abiertos de arriba abajo, con cuello de puntilla crudo y un gracioso número en la espalda… Increíble el estilazo del turbante de Malababa. Para la foto o ¿por qué no para ponérselo a tu niña?

Depende de la niña, como siempre os digo…
Manga al codo y sueltecito… Lleno de encanto, para combinar con gris, con bailarinas o con botas, de esas tan estilosas que he visto este año. ¡Pascualas no, por favor! ¡Prohibidas con estos vestidos!

El mismo en azul, ya veis, parece que no tiene nada, pero… ¡Encanto y clase a raudales! Cada detalle hay que verlo.
Monísimos en los dos colores, idénticos, el que más os guste,

por supuesto… A mí, el azul.
El niño, de nuevo, con el mismo jersey de antes, pero en grana. Se le ve una caída bárbara…

Son una maravilla estos jerseys. No hay nada más que verlos.

Terminamos con la cuarta línea de la colección, llamada Pueblo y Pesca, donde los colores amarillo y verde son los protagonistas. ¡La cosa se va animando!

Precioso vestido amarillo, con cuellito crudo y lacito estrecho, de nuevo sobrio, minimalista… Ideal para combinar con negro.

Las rayas se ven en la capelina de la espalda, como si fuera un marinero. Atípico, pero marinero. Lo veo de nuevo sensacional y diferente al resto.

Para más mayores, preciosa la camisola de rayas verdes o amarillas, con el mismo diseño y la falda gris… Me chiflan las fotos, no lo puedo evitar.
¡Qué tono tan bonito de verde y qué diseño más mono! De nuevo, el cuellito y el lacito negro estrecho, falda gris… ¡Niña bombón!

Y el vestido, idéntico que el amarillo. No se complica mucho en los diseños.

Lo que elige para una temporada, siempre es sota, caballo y rey. Para eso está la imaginación de las compradoras en los complementos, en cómo llevarlo, etc.
De nuevo, una monada… Con marino, sensacional, también. ¡Buscad el complemento perfecto y por fin los niños irán diferentes a todo el mundo!

Y finalmente, el niño con el jersey marino con mangas verdes o amarillas. Tan bonito como los demás y perfecto para combinar con el verde del vestido de las niñas.

Bueno, no tengo más que añadir.

Sólo que, de nuevo, aplaudo a Carlota y a todas las diseñadoras que hacen lo que les gusta, preparan a conciencia el escenario, pintan a los niños de deshollinadores y lo que haga falta para que todo salga perfecto.
¿Qué luego no gusta tanto como las princesas de vuelos de los cuentos? Y a ella qué le importa. Está feliz como una perdiz. Hace lo que le gusta y ve su proyecto cumplido a la perfección.
Un beso desaliñado