
Hola de nuevo, en estos momentos, en que España llora y está aturdida, desorientada, desalentada y quebrantada por el maldito coronovirus.

Como os dije la última vez, lo mío, es diferente. Mi dolor es tan profundo que no lo puedo expresar. Sólo sufrirlo, sin poder hacer nada que me alivie.

Además de todo lo que está pasando, que puede tener remedio (y estoy segura de que lo tendrá, a pesar de lo que sea y de quién sea), lo mío, ya no vuelve. Mi marido se fue para siempre el 21 de febrero (hasta el día lo supo elegir) y mi corazón está tan roto que no se recuperará jamás.

No sé ni por qué escribo. Sencillamente, porque me desahogo y sólo cantando o escribiendo me expreso mejor.

Estoy harta de las llamadas telefónicas de algunos (a pesar de que lo hacen con toda la buena intención del mundo) que me dejan absolutamente vacía después de haber colgado.

Harta de la frase “deja que pase el tiempo”, y “ya verás cómo todo es distinto” o “tienes toda la vida por delante”… Nadie tiene ni idea de nada. Nadie sabe lo que teníamos y lo que éramos juntos.

Ha sido una canallada en toda regla y ya no hay marcha atrás. Me que quedado sola. Aunque tenga mucha gente que me quiere, estoy sola, absolutamente. Sólo sobrevivo por mis hijos, que aún me necesitan y no saben gestionar lo que me está pasando, y dicho sea de paso, tampoco ponen mucho de su parte. Como dice una amiga mía, yo soy yo, como siempre, “sin filtros”.

No voy a decir que estoy super arropada por ellos, porque no me siento así. Claro que ellos también están mal.

Le doy mil gracias a mi hermana, que, a pesar de mis desplantes, insiste y me sigue llamando, para que no me hunda, para que siga adelante, pero todo es inútil.

También mil gracias a mi amiga Adela, que con mil estrategias, intenta que salga de este pozo en el que estoy metida; a mi amiga Teresa (Títi) para nosotras, que, precisamente, no ha sido de mis más íntimas amigas, pero que, es una de las que más me ha demostrado su preocupación en cuanto supo de la enfermedad de mi marido y una de las que ahora mismo (ella lo sabe bien), me está salvando la vida, en cuanto a lo físico se refiere.

Cómo no, a Charo y a Auren. Sin ellos, creo que ya no estaría aquí. Los cuatro hemos vivido intensamente momentos inolvidables que guardo para siempre en mi corazón.

Ahí están, día a día, al pie del cañón. No se cansan, no se quejan, me ayudan, me cogen de la mano y me suben hacia arriba ¡Cuántos buenos momentos pasados los cuatro juntos y cuántas cosas podríamos contar! No creo que mucha gente pueda decir lo mismo. De eso, sí que estoy orgullosa.

Y por supuesto, también, a Miguel, a quien, sin comerlo ni beberlo, le he metido en mi miseria y en mi dolor y todos los días está también firme, diciéndome cosas bonitas, desconectándome un poco de este monstruo horrible que me come poco a poco.

Le escucho, absorbo todas sus palabras, intento aferrarme a ellas… Pero, realmente tengo miedo. Mucho miedo. Porque pese a tanta gente que me quiere (hay mucha más, pero a lo mejor no es tan recíproco), sigo sola.
Todo esto, no sé a cuántos os importará, pero me sale y ya no puedo parar.

Mi intención era hablar un poco de la moda, como siempre. Para distraeros en estos momentos angustiosos y claustrofóbicos. Hay gente que lo está pasando muy mal y he pensado: «voy a escribir el blog”. Y fijaos qué desastre me está saliendo.
Pero bueno, sigo, a ver si puedo y así, todos juntos podemos unirnos para festejar que ganamos la batalla al maldito virus que nos dejará secuelas para el resto de nuestras vidas.
Desde luego, este año, a mí se me queda grabado para el resto de mi vida, que espero que no sea muy larga.
Mi propuesta es que, cuanto esta guerra acabe, vistamos a los niños de colores vivos, vibrantes, vistosos y demostremos que hemos vencido. A pesar de todo.

Por eso, os estoy enseñando diseños que me chiflan y que reflejan un poco el estado de ánimo, como son los tonos verdonchos, corales, flúor…

Todos aquellos que parecen gritar al mundo que aquí estamos, con toda nuestra artillería en forma de deliciosos conjuntos y diseños que contagian optimismo por todos lados.

La marca “Kauli” tiene varios modelos que no pueden ser más idóneos, como el vestido de mil rayas y la falda flúor.

A juego, la sudadera de la niña, la sudadera del niño… Propongo que este verano, las calles se inunden de estos colores.

Hay colecciones ideales que llevan el color verde-lima flúor, tanto en niños como en niñas y es una gozada verlos con esos conjuntazos. ¡Cómo he disfrutado vistiendo a los tres iguales!
Tenéis el conjunto del

niño más mayorcito, con pantaloncito recortado y para el bebote, de bombacho.

Es en azul cielo, con una calidad como siempre magnífica, y sus detalles de siempre y que siempre nos sorprenden, con jersey de rayas celeste y flúor de punto de verano en rayas verde-lima flúor y celeste con estrella verde central.
¡Son divinos! Para el

niño también hay una sudadera colosal y reventona, con capucha y manga larga de algodón de rayas finas verde-lima flúor y crudas. Y bolsillo de canguro. ¡No me puede gustar más esta sudadera! Tiene un estilazo increíble.

La de la niña, también verde-lima flúor con corazón central, otra monería, con manga al codo y terminación de volantes acampanados, en verde lima flúor de nuevo. Vamos, que se ve a la niña de lejos… Y para admirarla, por supuesto. Otra maravilla de Kauli.

Ideales también el vestido y la falda mil rayas flúor. El primero, con corte evasé y caída en aumento, es mucho más bonito de lo que sale en la foto. Delicado, exquisito… Las rayas blancas y azules con detalles florales en blanco. Un hilera de madroños flúor decora el talle por ambos lados y lo hace espectacular.

Lo mismo, si preferís el conjunto de falda, que también es parecido y colosal. ¡Colores fuertes para este verano, por favor!

Chiflante la camiseta blanca con corazón flúor de algodón blanco, tirantes y escote cuadrado, con volantes delanteros a modo de collar convergido en pico. Ya veis que está confeccionado el cuello por doble tela (típicas sorpresas de la marca). Encaje blanco sobre tela verde-lima flúor….

Y la chaqueta capelina verde flúor de punto de verano, de muchísimo poner. Preciosísima. Ya veréis qué original queda puesta.

La marca “Mon Petit Bonbon”, tan clásica y especial como siempre, tiene un vestido, que seguro, nos hubiera puesto mi madre a mi hermana y a mí cuando éramos pequeñas, puesto que de este estilo tuvimos muchísimas cosas y es que es un bombonazo, como veis.

De talle alto, de plumetti amarillo flúor sobre finas rayas blancas y negras. Por detrás, una cinta ancha amarilla flúor con terminación de lazadota de tul, que es un auténtico espectáculo.

¡Qué monas van las niñas con este tipo de vestidos y no con tanto volante y adorno! ¡Ayyy, cuánto tiempo hacía que no decía esto! No me siento con fuerzas…
Ya veis, que por detrás, lleva escote en “u” con una cinta amarilla flúor con terminación de lazadota de tul.

Monísimos y divinos también los conjuntos con braguita. Bien sea la de plumetti flúor con camiseta negra de ballena y volante de tul flúor, bien la de ballena con camiseta blanca con volante flúor.

Todos para el pleno verano, en el que ya gritaremos libertad y lo expresaremos así de bonito. ¿Qué os parece?

Un niño pocholote, con este pantalón de rayas flúor…¿Qué? ¿Sí o no? Ideal con la camiseta negra de la ballena.

Un Jesusito de impresión es éste, de rayas flúor. Da luz y color a la niña, sin resultar hortera ni llamativo en exceso, sino todo lo contrario. Siempre delicado, de rayas anchas y lazotes negros.

O bien, el vestido, igual de bonito. Sublime para coordinar hermanos es esta colección.

Y sin saber muy bien con cuál me quedaría, os enseño también, el Jesusito de ballenas, bárbaro, con el lazo asimétrico flúor y por supuesto, también, en vestido.

¿A qué no sabéis con cuál os quedaríais? Cuando todo es tan bonito, es difícil decidirse, pero os aseguro que con cualquiera, irán de confitería, como se dice en Burgos.

También podemos vestirles de rojo y coral, que son colores alegres, vivos, favorecedores como los que más. En muchas marcas los podéis encontrar, aunque yo tengo debilidad por la colección Venecia de “Noma Fernández”, en la que podéis encontrar el Jesusito, vestido, conjunto de pantalón, etc… Os dejo fotos al principio y veréis que tal cual lo digo, es.
Y por último, aunque hoy he hecho un poco el post al revés (perdonadme, no sé dónde tengo la cabeza), toda la colección Corale de la marca “Eve Children”. Veréis que podéis conjuntar a todos con las monerías que os dejo.

Desde los más pequeños hasta los mayores. Y es que, no sé donde tengo la cabeza respecto a otras cosas, como os he contado al principio, pero en calidad y buen gusto, me llevo “ el premio”. Jajaja. No me viene mal un piropo, con todo lo que tengo por dentro.
Espero seguir escribiendo, porque me gusta, porque me lo pedís y me hace ilusión.
Ahora mismo, casi una de las pocas cosas que me hace ilusión…
Un beso rebelde
Hola Eva:
desde aquí otra burgalesa, fan tuya de toda la vida!!, no se puede ser más guapa y más estilosa.
Hace mucho que no nos vemos, desde que te fuiste a vivir a Madrid, más o menos, yo creo, pero me imagino que seguirás igual.
Siempre he estado tentada de escribirte para decirte que me encanta tu blog, que te sigo desde hace mucho, también en instagram, y que me has ayudado mucho a la hora de vestir a mis niñas, sobretodo a la mayor…
Creo que ahora es el momento; sabía que algo te pasaba por tus comentarios, pero no sabía que era…
Siento muchísimo lo de tu marido, no es justo, la vida a veces es cruel y nos arrebata lo mejor.
Hay que seguir adelante, por tus hijos y por tí, ya sé que es muy fácil decirlo, pero quiero darte todo mi apoyo y mi ánimo para seguir adelante.
Que no dejes de escribir, que me encanta leerte y siempre eres una inspiración.
Mucha fuerza y muchas gracias
Un besazo enorme
María
¡Gracias María! Me alegra que me escribas. Estoy muy mal, la verdad. Cada día peor y no sé si el tiempo podrá mitigar tanto dolor. Desgraciadamente, no me queda más remedio que seguir adelante, aunque no sé cómo lo haré. ¡Un beso muy fuerte para ti y para toda tu familia!
Sólo quiero mandarte un abrazo fuerte de parte de otra burgalesa en Madrid. No nos conocemos pero te leo desde hace mucho y siento muchísimo la muerte de tu marido.
Debíais ser una pareja muy especial , no hay más que leer lo que escribes. No todo el mundo vive eso . Has sido muy afortunada en tenerlo en tu vida y vivir esa experiencia y ese amor. Una gran canallada, como dices tú, que se haya ido tan pronto. Un abrazo. Marta