
Comenzamos otra semana de noviembre. El fin de semana nos ha cundido bastante, aunque la ropa de verano, no termina de quedar ordenada. Necesito otro fin de semana para ello.
Ayer estuvimos comiendo por ahí (en una terraza,

increíble en éstas épocas) y después, fuimos a hacer unas compras y a tomar algo.
Ya hay bastantes tiendas y cafeterías con adornos de Navidad…

Cada año, todo es antes, y luego, pasa tan rápido… Pero con esto, la gente se anima (entre otras yo), a pensar en que ya hay que empezar a comprar regalos.
El año pasado me pilló el toro y no quiero que me pase lo mismo.

Con los niños, ya no es la ilusión de cuando eran pequeños, pero a ellos les sigue gustando tener sorpresas y a mí, comprárselas, qué le vamos a hacer. La ilusión siempre está ahí.
¡Si hasta a mí me hace una ilusión tremenda, aunque sepa lo que hay dentro del paquete! Los Reyes Magos son mágicos, algo sagrado en mi familia, de toda la vida.

Lo que pasa es que cada vez me cuesta más pensar, acertar, saber qué, etc… Así que ya he puesto el turbo…
Además, muchos cumpleaños de mi familia son en diciembre y primeros de enero y es horrible.
Tanto por los gastos, como por pensar doblemente el regalo.

Pero bueno, ya me lo sé de siempre. Mi marido, mi madre, mi hija, mi hermana, mi sobrina y yo estamos en esa lista.¡Horreur!
En fin, además Juan, el miércoles termina de examinarse y se va 10 días a Nueva York, así que tengo que ir de compras con él sin falta.
Después de un año encerrado, no sé ni lo que tiene y allí, ahora hace un
frío impresionante.
Tengo una semana movidita por delante. Y el sábado, comilona con mis amigas.

Vamos todas a comer a casa de Menchines, en Madrid. Al menos, las de Burgos vienen aquí esta vez.
Seguro que lo pasamos cañón, nos conocemos hace tantos años… No hay nada como tener unas amigas de toda la vida.
Con algunas me veo muy poco, pero sé que ahí están, para lo que sea. Eso vale millones.

Bueno, vamos al tema, que luego siempre me falta tiempo. Que ya nos conocemos…
Pero hoy no me lo puedo permitir, que tengo un lío de casa y de vida tremendo últimamente.
Os hablo hoy de la marca “Chupicanela”. Nunca he hablado de ella, no sé por qué, la verdad, porque me encanta. De estilo sencillo y clásico, es muy difícil no acertar, sea cuál sea el conjunto que elijas, ya que todo es bonito, coqueto, y con un toque actual, incluso “chic” que a madres, como yo, nos encanta.

No hay grandes sorpresas entre la ropa que a mi me gusta. Pero los estampados, los diferentes diseños según la edad y la cantidad de posibilidades que tiene, hace que sea una de las marcas con las que nunca, nunca te equivocas.

Monísimos vestidos, como éste, de un azul precioso, con flores, cuello y puños de volantes en crudo. Coquetón, queda bien sí o sí. Los pompones de pelo como adorno, es la última.
Hasta para nosotras, un detalle monísimo es un pompón de pelo como llavero, como adorno para colgar del bolso… ¡Mil posibilidades con un pompón!

La bebota, perfecta, para ir a juego o sola, con el mismo vestido. ¡Mirad qué monada de niña!
Otro diseño con la misma tela es este vestido recto, con cuello y puños de tablas y un vivo de terciopelo en camel.

Es fabuloso poder elegir, porque hay niñas que están mil veces más monas con vestidos rectos, sea por el motivo que sea.

Facilísimo de conjuntar con el niño, ya que ellos, como más monos van es con bermudas como éstas, en marino y camisa con un jersey mono.
No nos empeñemos en disfrazarlos, sobre todo cuando pasan de los 6 años.
Hay muchas marcas que se equivocan con esto, me parece a mí.
Un estampado que me vuelve loca lo veis en el siguiente vestido, que exceptuando la maravilla de la tela, tiene un corte en el canesú y manga francesa como todo adorno.
¿Necesita más? No. Así de rotundo.

Me parece colosal, de un gusto fuera de serie.
Fijaos con cuántos colores puede ir para ponerle abrigo, zapatos, etc… Divino con ese azul de la tela, con granates, con camel… ¡Bufff! Es irresistible.

La niña, en las fotos, lo lleva con marino, que también queda bonito. Además, según le des un aire u otro, lo puedes llevar más informal o más arregladito.
A mí, me chifla con bailarinas y leotardos, ya sabéis. Un abrigo o chaquetón estiloso y un buen lazo en el pelo. Va divina a cualquier fiesta de esta Navidad o por la calle, presumiendo de buen gusto.

Otra monería es el blusón tipo vaquero, con cuellote de volante, suelto y con dos cortes que también forman volantes. Con el short en burdeos, la niña está divina.

Aquí sí que me pegan más unas botas, bien de agua, o bien de otro estilo, pero no pascualas, por favor…
Ya veis qué monada, cómo queda el blusón por encima de los shorts…
El pompón de pelo nos acompaña en casi toda la colección.
No cabe duda de que la niña va ideal. Además, se lo puede poner una niña más gordita, que este blusón hace maravillas.
También, con leotardos y bailarinas o merceditas, queda delicioso, más arreglado.
El niño, con la camisa a juego. Forman un tándem perfecto en estas edades.

Y fijáos también el conjunto del niño con bermudas burdeos, con el vestido de mi alma, con algunos cambios, como son el cuello y los puños, esta vez también en el azul denim tipo vaquero. ¡Fabuloso! Esto es buen gusto, señores…
El blusón Tiber, también perfecto. Con medias y las bailarinas de terciopelo, que me chiflan. Pero yo le pondría leotardos, que ya es época…


Pocholota y a juego, también la bebé, con la misma tela en su exquisito vestido. ¡Qué monadas, por Dios! La mayor lleva blusón en este caso y es que esta tela, parece que también es la favorita de la marca.

¡Precioso el blusón con los shorts burdeos! La de hermanas que pueden ir iguales…

No voy a poner pegas, cuando no puedo…

Elegantísimo y de nuevo, en este azul sublime, el vestido Támesis, con cuello tipo gola y manga francesa con un volante. La tela es gordita, con topos en blanco… bueno, ya sé que no son topos, pero el efecto es parecido.

Desde luego, para ir a cualquier sitio donde tengas que quedar bien o ir un poco arreglada, es el vestido perfecto. Sencillez, sobriedad y punto. El buen gusto hace lo demás.
Ya veis que el pompón con lacito marino hace acto de presencia de nuevo en este vestido. Divino con el lazo del pelo a juego. También con todos los complementos en camel, superior.

Y con una capa que me sé yo, en azul grisáceo, fetén del todo. ¡Cómo quedaría! Una niña de revista auténtica.
Más y más gusto, con los cuadros.
Impresionante en su

sencillez, el vestido Nilo, con el cuello y los puños en blanco.
Yo tuve uno parecidísimo. Me lo hizo mi tía y medio Burgos me iba preguntando que de dónde era…
Recuerdo una profesora de teatro (un año me apunté), que me hizo poner de pie y dijo al resto de las niñas: «¿Veis cómo va vestida Eva?» Todavía recuerdo el horror que sentí, pero el vestido es que era ideal.
Sobra decir que casi me muero de la vergüenza, aparte de que os podéis imaginar que me pareció fatal entonces y ahora más si cabe. La buena señora, tenía como 70 años y está claro que le traía al fresco lo de ser políticamente correcta… Se lo conté a mi madre y

ella, toda orgullosa, diciendo: “pues claro, alguien que tiene gusto; fíjate qué maravillas llevas”.
Han pasado años y años y aún me sigue dando vergüenza, pero ahora, es lo que yo hago aquí, aunque no exactamente como lo hizo ella.

Soy consciente de que tampoco soy políticamente correcta.
En realidad, no sé muy bien qué es eso. Para mí, es decir cosas que no piensas, sólo para que una panda de imbéciles a los que no les importas nada, te acepten. Pues, lo siento pero a estas alturas de mi vida, estoy un poco como la “señorita Malena”, que así se llamaba mi profesora.

Bueno, ¿qué os parecen los conjuntos de cuadros? ¿No son deliciosos? No me digáis cómo está la bebé, con su vestido y la braguita. Esto sí que se lo puede poner una bebé de un año y estar ideal y no esos vestidos, que, además de costar un congo, no son nada apropiados para su edad.

Monísimo también el jersey azulón con un zorrito que lleva el niño que acompaña al del conjunto de cuadros. Niños que dan gloria…
Con pantalones de pana en marino, como lo lleva él, divino para un niño de 6, 7, 8, 10 años. Esto es lo mono para ellos, sin duda.

El pichi Nevisca, con florecitas pequeñas en azulón y esa increíble blusa blanca de plumetti, no puede ser más bonito. ¡Ayyy, absolutamente de mi estilo, de lo que me gusta de siempre!
¿Quién mandará innovar tanto a las marcas y disfrazar a la niñas de señoritas con tocado que parece que han quedado en una reunión de señoronas para tomar el té?

Bueno, perdón, que sé que a muchas os encantan las niñas-princesa. Qué le vamos a hacer…
Reconozco que algún vestido-princesa es bonito, pero los menos. Y todo, depende de quién se lo ponga, como os digo siempre. En cuánto veo calcetines blancos o crudos con pascualas… malo.
En el otro diseño, el recto, también es fabuloso para niñas más mayorcitas. Con ese detalle bárbaro en la pechera y lazo marino, formal y dulce, de niña, vamos, no de señorita emperifollada.
Aquí veis al niño, sencillísimo, con ella. ¡Monos, monos, monos!


Del pelele de la niña, ¿qué os cuento? Me la como. Con esta delicia de tela, sí que se puede vestir a una bebé de este color. El cuello, los puños… Fijáos bien en cada detalle.

La veo preciosota, con su chaqueta en azulón. Súper apropiado para su edad, porque sigue siendo una bebota dulce con ese estampadito.

Con la blusa de plumetti blanco y la chaqueta y capota azulona, más de lo mismo.
Una bebé a la que todos mirarán. ¡Cómo me recuerda a mis hijos! El mismo estilo de ropa, las florecitas, el saber qué poner a cada edad…
En fin, hoy os dejo disfrutando de esta maravilla de marca. Como os he dicho, sencilla, pero dando en el clavo.

Otro día, que esté más guerrera, os hablaré de algunas marcas, que, aunque tengan cosas monas, sigue siendo inexplicable para mí, el que todo el mundo las quiera tener a toda costa, al precio que sea y cómo sea. ¡Increíble pero cierto!
Y después, ¿yo soy la pija?
Un beso acertadísimo
Eva te estoy imaginando como las niñas tan monas de chupicanela,,,,con esa carita de buena…
Por cierto la definición de lo politicamente correcto,no ha podido ser más acertada,opto por enviarla a la Real Academia de la lengua.
Estoy deseando que llegue el sábado para poder estar todas juntas.
Besos