
¡Hola a todas! ¡Ayyy, qué difícil se me hace escribir y qué poco tiempo tengo, además!
Acabamos de llegar del hospital y ya se me ha hecho tardísimo. Después, a la farmacia y nada más.
Pero que esto es Madrid, no Burgos y se tarda, se tarda en todo.


Así que, Almudena, se me ha acomodado en Burgos y no tiene intención de venir de momento. ¡Como no hay quien la pare, pues allí está más cómoda, ya que aquí, sólo con ir y venir y las veces que lo hacía, era un desgaste terrible!

Yo he estado muy bien aquí. Ahora porque no estoy bien en ningún lado, pero me he acostumbrado a sus horribles desventajas y a sus muchas ventajas.

Porque es así, aunque reconozco que ninguna de mis amigas lo soporta. Sólo las que llevan viviendo aquí desde hace más de veinte años y pues, claro, te acostumbras.
Pero el otro día, que vino Adela, cuando estaba montada en el tren, ya para irse, me escribió y me dijo que estaba encantada de marcharse ya; que Madrid no era para ella.

Y es que hay de todo: desde las que lo adoran, no les importa las distancias, (más bien las madrileñas de toda la vida) y las que lo odian, no soportan el tráfico, los atascos, la increíble cantidad de tiempo que se pierde, etc.
En fin, yo, en mi rinconcito, mi urbanización y mi barrio vivo más o menos como en Burgos, aunque no es exactamente lo mismo, claro. Pero me conformo. Y el anonimato y el ir en chándal a sacar a Tess o a la compra, NO TIENE PRECIO, jajaja.

Me imagino la cara de muchas si me vieran…

Bueno, al tajo. Hay varias que me habéis preguntado por ropa para los niños en bodas otoñales. Ya no pega ir de verano, desde luego. Pero es que tampoco las marcas se molestan mucho, ya que no abundan las arras otoñales, ni muchas niñas que vayan a bodas en esta época, por lo que se ve.

¡Y pensar que a mí, son las que más me gustan! No soporto las de pleno verano, con ese calorazo. En cambio, esta época, me chiflaaa.
Siempre recurro a las mismas para aconsejaros y es que no tienen precio, tanto en el gusto exquisito, la normalidad, sencillez y el dinero, que todo cuenta. Como siempre, de boda con «Teresa y Leticia”.

Cuántas cosas solucionan en el último momento y qué bonito lo hacen todo, con posibilidad de cambiar la tela, los colores, etc

Tienen una serie de modelos y tú puedes elegirlos en otra tela, si te pega más. También me chiflan para las niñas que van invitadas, no sólo necesariamente de arras.
Además, son sabias, porque cuando ven que un modelo triunfa, lo repiten año tras año.

¡Eso es tener buen gusto y sabiduría! ¿Qué más da que el diseño sea de otro año, si es otra niña y otra ocasión y son clásicas y atemporales?
Vamos, que no me pueden gustar más. Además, las fotos, cómo lo presentan todo de ideal… Como siempre, la mano de María Quereda es para mí, la mano que mece la cuna, aunque son un “equipazo” increíble.

Ya os estoy enseñando sus monerías para este año. Han hecho un grupito muy mono en tonos verdes azulados, aunque os repito que los podéis elegir en otros


colores.
Mirad qué mono el modelo Genoveva, con corte evasé, una tela con mucha caída, gozosa, escote cuadrado y manga tres cuartos. Va rematada en volante.

Adornado con cinta de valencié cruda. ¡Elegantísimo! Después, con los complementos adecuados, ya sea de arras o como invitada, irá fetén. Con gris, de cine.

El modelo Fabiola, sencillísimo, pero al que se puede sacar un partido bárbaro, de talle alto, cuello y manga rematado con un delicado encaje de bolillos, Perfecto para sacar partido a los complementos. Una corona de flores, semicapota… o una capa o toquilla de esas de cuento para estas ocasiones.
También disponible en otros colores. La sencillez da mucho juego, no lo dudéis.


En un precioso estampado, el vestido Toscana, más clásico que nunca: es decir, de talle alto, manga tres cuartos, escote cuadrado y cuellos y puños rematados por volante de la misma tela. Son mis preferidos, no lo voy a negar. No hay posible fallo, a no ser que lo fastidies con los complementos, que ocurre muy frecuentemente.

Lleva fajín de tela con lazada crudada en la espalda. ¡Los vestidos bonitos de toda la vida! Y miles de posibilidades de llevarlos.

Divino el modelo Campana, el

cual hacen año tras año, pues es tan bonito y tan atemporal, que jamás pasará de moda. Es una delicia y hace que sean niñas con gusto, con clase y realmente bien vestidas.

Con un corte en el talle y con la falda de pliegues, haciendo tablones, así como la manga con volante a base de tablones. El escote y remate de las mangas, con volantito de gogren crudo y un fajín en los mismos tonos azules con un estampado colosal.
A mí, personalmente para esta época, me gusta más la opción del

vestido burdeos con la banda en el mismo estampado pero con otro colorido. Con una capa burdeos o incluso verde, no me imagino niñas más bonitas.

Siguiendo con la misma gama de colores, el vestido Rocío, otro vestido clásico, con cuello y puños rematados por volante plisado crudo y lazada anchota de raso en el talle.

La niña está de dulce, siempre y cuando la llevéis con medias y zapatos idóneos y algún adorno de estos tan deliciosos en el pelo. Una capa, y ¿qué más queréis? Además, me imagino a varias iguales y me derrito.

¡Por qué no me habré dedicado a vestir a niñas para bodas o para lo que sea? Creo que me hubiera ido muy bien, a juzgar por todas las niñas que visto por internet y por todas las fotos que me mandáis.

A veces, es cuestión de un complemento, un detalle… Todo, absolutamente todo, es importante en la moda.


Y el modelo British, otra monería en terciopelo azul, con estilo clásico. De talle alto y cruzado por delante con dos botones. Un cuello precioso de volante, en color crudo y plisado.

La manga, hasta la muñeca y como os he dicho antes, tenéis colores que a mí me gustan más que éste para la época del año en la que estamos.
Añado, que la corona que lleva de flores, me parece más de verano. Yo le pondría, una con colores otoñales o mejor, una idílica capota de tercipelo o semicapota, si la niña es mayorcita.

¡Serían la bomba! Una boda para recordar. Sin duda alguna.

En un estampado de peonías azules, el vestido Hungría, con el mismo patrón que muchos de los que os he enseñado, pero que me chifla, porque, además de que la tela es preciosa y alegre (yo la elegiría en rosa empolvado, burdeos o verde), lleva la manga rematada con volante de la misma tela y una fina tira de terciopelo en el corte del vestido con lazada en la espalda. Modelo al que yo añadiría la pañoleta de la misma marca, con el que están absolutamente sublimes.

Y no es ninguna exageración. Ya me diréis si habéis visto a muchas niñas así. Porque yo he visto de todo: niñas a las que el vestido les está largo, grande, modernidades horribles, dinerales para un día que no valen para nada, etc.

La pañoleta, de lana, sencilla y divina, cruzada en el delantero y anudada en la espalda, no puede quedar con más gusto. Rematada con encaje de bolillos, es como si estuviera hecha especialmente para este vestido. ¡Una locura de conjunto!

La niña tiene que saber llevarlo, como os digo muchas veces. No que el modelo la lleve a ella.
Casmbiamos un poco de estilo con el modelo Danubio, con escote barco y cuerpo de satén blanco roto. La falda, en el color que elijáis. Aquí es en tela de gabardina verde caqui con sobrefalda cruda y grogren verde oro.

Una combinación dulce y delicada, pero tenéis varias opciones con los colores, ya sabéis.

En azul grisáceo, color chiflante, llega el modelo Goyesco, un auténtico bombonazo y un diseño que bien podía valer oro en el mundo de la moda.
Ya lo veis: Una tela fluida con cuello cruzado a modo de mantilla de tul bordado, terminado en lazada en la espalda de muselina.
¡No dejo de mirarlo de lo que me chifla! De enamora por completo.

Las mangas, fruncidas, exquisitas y rematadas con el mismo tul bordado. ¡Ni en el Hola salen niñas así! Más quisieran, por Dios… Que me pongo mala y me dan ganas de arreglar a todas.

Es un modelo sumamente especial, para bodas mágicas de otoño.

Y otro de mis favoritos es el modelo Paulina gris. Señorial, elegante, de revista. Talle alto, escote redondo con volantito y manga ranglan.

El cuerpo, de punto de canalé y la falda de tul gris, absolutamente divina. Lazo de grogren en el talle. Para niñas con clase. Me recuerda a Miranda, la mujer de Julio Iglesias, que siempre va tapadita, dulce y elegante como nadie. Y no otras que son iconos de moda y a mi me parecen chonis total.

Es un modelo para niñas delgaditas, ya que el punto tiende a engordar. Un conjunto que a más de una, le va a arreglar la vida, ya lo veréis. ¡Bárbaro! No necesita nada. Unos leotardos y bailarinas y punto.

Otra divinidad, el modelo Palace, confeccionado en dos telas. La parte de arriba, fluida en blanco roto, rematando el cuello y la manga, un volante de la misma tela.

La falda, de tul plisado color topo y separando el cuerpo y la falda, lleva un lazo de raso rosa talco con lazada en la espalda.
No digo nada más. Vosotras mismas juzgáis. Capa rosa y medias rosas…. ¡Arriba la imaginación!

Bueno, las que me conocéis, ya sabéis más o menos mi estilo y mi gusto.
Una maravilla no apta para cualquiera es el modelo Pierrot, fabricado en tres telas: cuerpo de terciopelo rosa Francia, falda de tul plisada en rosa y volantones de cuello y mangas en fluida cruda.

Ya veis que también les sentaría mucho mejor a niñas delgadas y de cuello largo, puesto que este cuello es muy especial y no le favorece a cualquiera.

¡Ojo! Que si tu niña es delgada y le va, no habrá nadie como ella. Me diréis cómo es el vestido, por Dios. Color único.

Y el modelo Fernanda, elegantísmo de nuevo. Yo creo que es de los vestidos que muy pocas madres “comprenden”. Ahora son todos más emperifollados, que “se note” que te has gastado un dineral y todo eso que me espanta.

A mi no me pueden encantar más este tipo de modelos que habéis visto. Sus diseños, su candidez, su sencillez y su brillantez dentro de lo sencillo…

¡Qué difícil es que la gente tenga buen gusto! No soporto los repollos ni los mil y un adornos, ya lo sabéis.

Teresa y Leticia tienen un público excepcional, entre las que me encuentro y no tiene época. Sus diseños se llevarán toda la vida, porque lo clásico y lo bonito, nunca muere.

Los niños, más de lo mismo. Siempre iguales, con su corbata y americana, los mejores. Los más pequeñitos se pueden permitir otras cosas, pero siempre sencillas y acorde con su edad.
Estas chicas son mágicas para mi. ¿Qué los tejidos no son de lo mejor del mundo? ¡Ni falta que hace!

Todo eso lo suplen con su gusto exquisito, su “mano” a la hora de dar con lo idóneo para cada edad y con la dosis de elegancia y sencillez que desprenden en cada uno de sus modelazos.
Un beso a todas, en especial a María, que, a pesar de que es abuela, ya les gustaría a muchas ser como es ella de ideal.

¡Y que duren muchos años más!
Un beso a las Sabias