
¡Frío, frío! Llegó, tal y como estaba previsto. En este día, de una hora más, ya estamos todos desordenados.
Nadie tiene hambre y esto es un caos, excepto los animales de mi casa, claro, que ellos siguen su ritmo y reclaman lo suyo a sus horas.
Prácticamente, se acaba el mes. ¡Otro más!
Ahora, toca el famoso y odiado


por mí, Halloween. Parece que fue ayer cuando os estaba contando esto mismo.

¡Qué rollo de fiesta, por favor! A mí no me representa en absoluto, ya lo sabéis.

Ni siquiera por los niños, a los que les divierte cualquier disfraz o cualquier motivo de fiesta, por supuesto.


Nuestra fiesta es el día de Todos los Santos, como está mandado. Los americanismos, para el gato.

Pero, claro, vender es vender. Y ya son varias las tiendas de ropa que tienen sus escaparates con colores negros y naranjas.

¡Es el colmo!


Bueno, yo paso, desde luego. Sólo me faltaba celebrar esta fiesta. Cada uno que haga lo que quiera, por supuesto.

Y si en el colegio les mandan ir disfrazados, pues que vayan. ¡Qué se le va a hacer!

Yo prefiero pensar en la Navidad, que esa sí que es una fiesta nuestra. Y ¿qué opináis de la prohibición de poner villancicos en los comercios para no ofender a otras religiones?

Madre de Diossss…. ¡No sé dónde va a terminar este país! Voy a decidir no entrar en los sitios en los que no se oigan los tradicionales villancicos y si todo el mundo lo hiciera, iríamos mejor.
¡Nos van a quitar todo a este paso! Con este gobierno, si alguien no lo remedia, nos vamos todos al garete.

Para compensar tanto desastre, vamos a hablar de la colección de «Belle Chiara” para este invierno, la cual me ha hecho pensar, pensar mucho y eso es buenísimo. Mirar y deleitarse con una colección de ropa hecha con todo mimo y con el arte y maestría de Julia González, es una auténtica gozada.

Como nos tiene acostumbrados últimamente, es una colección preciosa, basada en los retratos de pintores de renombre, tales como Manet, Velázquez, Picasso, Sorolla, El Greco, etc.

Nos traslada a su época y de nuevo también, no es una colección comercial en absoluto. Ella busca algo más, lejos de vender y vender con diseños fáciles y bonitos. Busca contarnos una historia a través de sus telas, colores, texturas…

De nuevo, arriesga, y para mí, de nuevo, gana. Diseños llenos de encanto y elegancia, niñas vestidas de época, que fácilmente se puede trasladar a la actual e ir preciosas, un gusto y un detalle exquisito en cada prenda. Bueno, que da gloria bendita.

No sé cómo se le ocurrirán las cosas y tanta maravilla. Aún recuerdo cómo nos introdujo en los trajes típicos de Corea el invierno pasado… ¡Qué maravilla!

Es una ropa para una minoría, eso está claro y más teniendo en cuenta, el éxito sin igual que tienen otras colecciones radicalmente opuestas a ésta.


Pero Julia sigue sin descanso y en ascenso. Ya está presente en catorce países y cincuenta y ocho puntos de venta. Será por algo ¿no? Pues eso.

Su colección transmite su pasión, su inquietud sin límites. Para mí, es algo más que una diseñadora, es una Artista con mayúsculas. ¡Qué bien lo hace, por Dios!
Siempre manteniendo su esencia, su identidad y su calidad.

Todo artesanal y cuidando al máximo todos los detalles, tanto en la ropa como en el calzado. ¡No puede ser más bonito!
Una fotografía impresionante, peluquería y maquillaje, hacen el resto para que la perfección sea total.
No he visto nunca una colección con tanto trabajo, desde que empieza a rondar la idea por su cabeza, hasta que lo ve plasmado en la ropa.


¡Bufff! Me quedo admirada. Es el diseño elevado a su máximo exponente. De las grandes, no cabe duda ninguna.

Ya estáis viendo parte de su colección “ Portraits”. Os pongo

los retratos en algunas, para que veáis cómo se ha inspirado y lo perfecto que lo hace. ¡Lo borda!

Y el resultado son una niñas de revista, con toda la pasión y delicadeza que nos quiere transmitir.

Al menos, conmigo, lo logra totalmente.

Me chifla el resultado y la mayoría de los modelos son fascinantes, de dejarte con la boca abierta…

Como os digo, nada comerciales, nada. Ya sabéis, que, para ser imprescindible, hay que ser diferente. ¡Conseguidooo!

Falda-peto, camisas con gola, pantalones de pintor, chalecos, abrigos… Una infinidad de diseños que nos llevan a esos retratos, a la época de estos pintores.

No os voy a hablar de todo, pero sí que veáis lo más posible, porque es un recreo para la vista.

Me chifla la elegancia innata de la falda Manet, da igual el color. Ya veis que no se sale de los tonos lisos, con excepción de algunas rayas en los tejidos negros.

En este rosa es divina, junto con la blusa Hammershoi, en algodón del mismo tono, cuello alzado con gomas y detalles de gomas por toda ella. ¡Qué niña!

También la misma blusa queda irresistible con la falda peto Abeto, formando un binomio de colores original y elegantísimo. O la falda-peto con la blusa negra, también.

Ver a niñas así vestidas, ya es un lujo, francamente. No tendré esa suerte mañana…

Preciosa la blusa de La Tour en berenjena con la falda peto de Sargent en rosa… Ya veis, mil posibles combinaciones y todas bárbaras. Niñas con clase, sin duda alguna. Carencia total de cursilería, el sello de la marca.


Otro conjunto chiflante es el pantalón bombacho Sorolla negro con la camisa de rayas espiga. ¡Qué diseño! ¡Qué cuello!
Sólo apta para exquisitas que sepan poner a sus hijas los

complementos perfectos para que resulte tal cual de elegante que la niña de la foto.

Más oscura la blusa Hammershoi, también de rayas y con el pantalón Sorolla. Fijaos bien en la camisa, porque es una auténtica delicia.

Si veis todo el conjunto demasiado exagerado, la camisa es divina para cualquier otro pantalón o falda. Me chifla para mí…

No puede ser más bonita, más sobria, más chic y con más clase.
También la chaqueta-jersey Caballete y el pantalón Pintor, ideal. A lo mejor os parece todo muy oscuro, pero hay determinadas niñas que estarían angelicales, como salidas de otro siglo y nunca mejor dicho.

El binomio blanco-negro, también lo utiliza mucho Julia y esta camisa tan bonita con el pantalón Pintor en verde, pues es otro conjunto de diez. Esa camisa, al igual que la de La Tour, son sencillamente exquisitas.

Y monocolor, lo que me chifla a mí, con este conjunto de pantalón Pintor berenjena y blusa a juego. ¡Conjuntazo divino! ¡Cómo está la niña!

Otro conjunto que me quedaría yo. Si con el tiempo, seguro que diseñará para mayores y será cualquier Channel o Balenciaga; tiempo al tiempo. El talento, lo ha demostrado con creces.
Y sensacionales sus abrigos Magritte, tanto de espiga negra como berenjena.
¿Qué os parecen? ¿No son irresistibles? Los veo fuera de serie. Estoy tan harta de los abrigos con vuelos y lazos…

Veo a niñas de pasarela, de revista, con unos abrigos fetén, increíbles. No sé cómo no todo el mundo los está comprando ya, de verdad.

¡Ayyy, si yo tuviera niñas en esas edades!

Con las faldas Degas en cualquier color (he dejado foto arriba) es inevitable que nos acordemos de los increíbles y preciosos cuadros del pintor del mismo nombre.


¡Qué bonita colección y qué bien lo hace Julia! ¿Sí o no?
Me encanta observarlo. Me parece maravilloso su trabajo.
No le bastó triunfar con sus increíbles bailarinas artesanales, las Audrey, las primeras y después seguir haciendo maravillas de zapatos, que años más tarde, hizo lo mismo con su línea de ropa.
Mucha gente espera expectante sus nuevas colecciones, como yo.

Pero sé que hay muchísimas más. No es para menos.

Su fábrica sigue estando en Elda y sigue manteniendo su compromiso artesanal, su sello de identidad, con materiales sostenibles y mimando todo como si se tratara de su propio hijo.
¡Cómo la entiendo!

El vestido Enagua, precioso, en blanco, sirve de base para después poner petos encima y resaltar cualquiera de sus conjuntos.

Otro vestido es el Éboli, arriesgado, formidable, en blanco y negro, con esos cuellos, puños y detalles indescriptibles.

Y mágico, con mangas abullonadas y exageradas, talle altísimo y cuello divino, el vestido Pintora, que lo veo ideal para poner cualquier día. Si lo veis muy oscuro, ponedle algún detalle en otro color como complemento, pero es tan bonito así…
El vestido Boceto, también súper ponible, el Botticelli, en rosa que veis aquí…

Son ponibles, como si fueran niñas modernitas que odian los volantes y los colores brillantes, niñas “pobres” y sin embargo, mirad qué diseño, qué obra de arte.

Y sus gabardinas Velázquez, ya me diréis. Otra exquisitez, da igual el color.

La Abeto (verde), la Cinnamon (rosa)…
Dificilísimo elegir, porque son unos tonos soberbios. Si le ponéis calzado de la marca, ya, la bomba.
No os perdáis nada de los zapatos, botas, bailarinas, etc.
Merecen y mucho la pena. Otra magia que sólo puede salir de manos expertas y mentes con genio, con inquietud, con ganas de seguir aprendiendo y volver a regalarnos otra historia, si cabe, más apasionante.

Os dejo fotos. Repito, impresionante toda la colección y divina la recreación de los cuadros.

En sus puntos de venta en España, lo encontraréis, así como en su tienda on line.
No os perdáis un buen conjunto de esta marca para este invierno. Las que sois de este estilo, repetiréis seguro y las demás, pues eso que se pierden…

Yo, espero pacientemente a que diseñe para adultas o para que me haga especialmente algo para mí (directa clarísima, que yo no me ando por las ramas).

Me encantaría un abrigo o la blusa de rayas que os he dicho, por ejemplo.
Un beso perfilado