¡Bendito fin de semana! He disfrutado como una enana. Buen tiempo, boda, cumpleaños, salidas al campo… De todo me ha dado tiempo. ¿Ya era hora no? La verdad, que yo, enemiga acérrima del calor, he estado en la gloria. Pero claro, es una temperatura super agradable, en ningún momento parecida a la del verano.

Sólo os puedo decir que estoy hasta morena.

 Entre que no soy muy blanca de piel y que he tomado el sol en la terraza, os digo que tengo colorcito… y con ganas de alegría, días largos y gente sonriente… No esa gente encogida

por el frío y amargada, jajaja… Me río, porque, soy amante del frío, y reconozco que debo de ser un bicho raro, ya que todo el mundo adora el calor. Yo no quiero un frío espantoso, pero si me dan a elegir entre el calor horrible y pegajoso del verano y el frío del invierno, no tengo ninguna duda: el frío para mí.

Para calor, ya tengo a mi amiga Adela, que, en pleno mes de julio, está en el trabajo con una estufa… ¡No sabéis lo que ha sido estudiar juntas la carrera! Parecía que estábamos en distinta estación del año: ella con pijama, camiseta, jersey y no sé cuántas

capas de cebolla más. Yo, con camisón de tirantes, jajaja. Era un auténtico cuadro vernos.

Ahora lo recuerdo con nostalgia, aunque seguimos hablando y charlando como si nos viéramos todos los días. No sabéis lo que os perdéis no teniendo a Adela de amiga…

Es genial, optimista (lo contrario que yo), alegre, constante, trabajadora, divertida…. Todo lo que diga es poco. La quiero como a una hermana y sé que siempre será así. Es de esas amistades

que se forjan para ser eternas. Yo presumo de eso, de tener pocas, pero excelentes amigas.

Bueno, que me entra la sensiblera, vamos a lo que vamos. Hoy os hablo de una marca que he conocido este mismo año. Un día, navegando por internet, ví unos vestidos que me dejaron impresionada: dulces, encantadores, de niñas coquetas… de los que me gustan a mi, vamos. Investigué y di con la marca bendita.

Se trata de Belcoquet, la marca más dulce y coquetona de las nuevas que voy conociendo hasta ahora. Francamente, mona, monísima.

Resulta que las diseñadoras y gerentes de su propia empresa son dos hermanas, Manuela y Elisa que en un principio, no se dedicaban a esto, sino a algo muy diferente: la arquitectura y la economía. Pero su pasión por el diseño les hizo unir sus caminos y crear Belcoquet. ¿Qué historia no? Justo, justito, lo que quiero yo.

Su ropa ha tenido muy buena acogida ya que no podía ser de otro modo, a pesar de la competencia tan horrible que hay. Poco a poco van ampliando sus puntos de venta en España y una de las claves de su éxito va a ser la relación calidad-precio.

Conjuntos realmente favorecedores, llenos de detalles… Sí, diréis algunas, como mil marcas. Pero no. Estas no pecan de excesivas, y sí de coquetonas. Yo la veo totalmente ideal. Y como escribo de lo que me gusta, pues ahí voy, estando totalmente segura de que a vosotras también os va a encantar.

Tiene varias colecciones para este verano, y no sabría con cuál quedarme.

La colección “Nube”, de un celeste palidísimo, me recuerda a niñas que, como siempre digo, deberían verse más por la calle: las niñas que iban por San Sebastián y Santander cuando mis hijos eran pequeñitos. Hay para todas las edades y en diferentes diseños, todos

divinos: el vestido de la espalda repleta de volantes, para las más presumidas, el de talle bajo, elegante y monísimo, y el Jesusito de la niña y conjunto del bebé, sin duda con los que yo me quedaría: bombones totales. Mirad la capota con volantes blancos y el Jesusito impecable en celeste con los volantes abajo… Por no hablar del bebé, con el cubrepañal celeste y el cuerpo blanco con cuello de volante azul.

Yo me los llevaba ahora mismo al Espolón de Burgos a pasearlos y a lucirlos. ¡Estas cosas hay que enseñarlas hombre! ¡Qué gusto de colección, por Dios! Muñecos vestidos de azul de verdad.

Pasamos ahora a otra colección más bonita, si cabe: la colección «Bombón». Cual bombones estas niñas vestidas de rosa con florecitas pequeñas y encantadoras y  tiras bordadas blancas asomando por debajo. El Jesusito me tiene loca, con los lacitos de un rosa más subido en el vestido y en la cinta de raso que

cierra la capota. Bailando iría por la calle si llevo de la mano a dos niñas así, con unas bailarinas rosa, como los lazos ¡Guauuu! Qué cosa más divina… es que no parecen ni vestidos normales, parecen de cuento. Últimamente veo unos modelazos… Ya podían verlo muchas otras. Es una pena que haya tanta gente a la que no le guste esto. Me repito, pero es que no lo entiendo. El otro día, fuimos al médico y había tres niñas en la consulta esperando.

Dos hermanas que iban con el chándal del colegio, así que no digo nada, pero la otra… ¿Qué habría hecho esa pobre criatura para que la vistieran así? Ni os describo el modelo porque no se puede. El angelito tendría un año y medio…

Colección «Aurora»: el color y la mezcla del verano, que es lo mismo que decir aguamarina con rosa. Desde luego, cuando algo está de moda… lo está.

Estos vestidos, que son monísimos, tanto en niña como en niño, los veo más arregladitos, como para ir a algún

evento, a alguna fiesta… Tela deliciosa de toile de jouy aguamarina con puntillas rosas, detalles en blanco… todo un himno a la coquetería y a los detalles. La pechera blanca la veo extraordinaria, le da un toque exquisito y el conjunto del niño, no me digáis cómo es… Con la misma pechera con el encaje rosa y el cubrepañal y el cuellito en la tela

aguamarina. Lleno de matices y monadas, al igual que el Jesusito, pero ya os digo que os lo recomiendo para una fiesta o un día más especial. Para cualquier día es monísimo pero entiendo que puede resultar un poco excesivo.

Quién volviera la vista atrás para poner a mis “niños” la colección “Easter”. Es de las mías totalmente: mañanera, para ir con alpargatas en una mañana preciosa de verano… ¡Dios mío,

me quedo sin palabras! Cuadritos vichy en amarillo y tiras bordadas blancas. Los bombachos… con madroñitos y la tira bordada en los volantes de atrás, para morir de bonitos. Son más ponibles con la blusa blanca que el vestido, que es más arregladito, aunque ya sabéis, que yo le pondría cualquiera. ¡Pues sí que han salido listas estas hermanas!  ¿Y si se lo propongo yo a la mía? Me temo que sé la respuesta. Ella está

encantada con ser veterinaria, aunque le chifle también la ropita de niños.

Nada, que no hay manera…

Otra colección que me ha cautivado totalmente es la “Rosas con nata”. Y qué bien bautizada está ya que dan ganas de comerse a las niñas. Tela divina de florecitas rosas sobre fondo de piqué blanco combinado con rosa pálido.

Me chifla el mono de la mayor, rosa entero, con una sobrefaldita en la tela de flores, al igual que el cuello. Éste me ha dejado de una pieza, en estado de shock total. Por favor, me encantaría ver a niñas por la calle con ellos, porque el Jesusito también se las trae: Mirad qué joya de la corona: cual si una rosa saliera entre la hierba… ¡Qué capota con volantes! ¡Qué diseño, con

la abertura por detrás y la lazadota rosa! Ayyy, qué pataleta me estoy cogiendoooo. Ya sabéis (esto se lo digo a las diseñadoras de estas maravillas) que estoy disponible si necesitáis un tercer genio, ejem… Ya saben todos mis lectores que diseño maravillas, aunque sea sólo en mi cabeza, pero lo transmito muy bien…

Bueno, lo que os decía, si dudáis y dudáis entre qué colección os gusta más, ésta es una de mis favoritas y me encantaría que al pedir fresas con nata, me las sirvieran a ellas en una copita.

Y cambiamos un poco de colores para hablar de la colección “Marinera”. No puede faltar el marinero en verano y cómo lo saben las marcas. Hay algunas que somos incondicionales de esto y no nos pueden fallar. Además, estos son unos señores marineros, no cualquier cosa. Los colores, los de siempre, pero los diseños…

de niñas monas, monísimas, mezclando rayas rojas y blancas con azul marino con lunares blancos. Observádlas bien…¡Qué postal! El vestido de vuelo y talle alto es divino pero el Jesusito me puede. No sé si os habéis fijado bien pero es de matrícula de honor, elegante, sobrio y coquetón a la vez. Yo le pongo una chaquetita currita roja y unas alpargatas o bailarinas, rojas también, y me la llevo a conquistar mundo. Y lo conquistaba seguro.

Aviso para las de Burgos de nuevo: no he visto esta marca en ninguna de “mis tiendas”. Quién la compre primero, ganará.

Que me quedan colecciones ¿eh? Es que estas chicas no han parado, desde luego. La colección “Sunshine”, en rojo, otra espectacularidad. No me voy a detener tanto, porque es todo tan bonito que me repito. Miradla: La niña del vestido de talle bajo, impecable, ni un pero, qué tiras bordadas, qué vestido… Y el Jesusito, paso palabra. Bueno, no: irresistible es poco. También tenéis el vestido de vuelo de talle alto… ya sabéis, de todo y todo

insuperable.

Voy con la colección más divertida, por llamarla de alguna manera. Es la más ponible, la más fresca… Es la colección “Tic Tac”: conjuntos de vichy en colores morados y turquesa (qué combinación tan de morir), o en turquesa con amarillo.

Es un soplo de aire fresco. Los pololos, de confitería, como siempre, y las blusas, también preciosas. El toque desenfadado lo pone el que no son vestidos, sino conjuntitos de pololo. Y no os perdáis el del niño. Una pocholada. La niña con un hombro sí y otro no, de traca.

Graciosa como ella sóla. Ya véis que no hay colección fea, ni medio fea.

Ésta es la más ponible, si no queréis que vayan muy arregladitos a algún sitio. Más de jugar, más desenfadada… dentro de lo monísima que es.

Y voy a terminar con mis tonos, porque me da la gana y porque los veo preciosos y a la vez, nada puestos… Es la colección “Alba”. Esta vez se trata de monos de pleno agosto, blancos, con ribetes, tirantes  y madroñitos tostados. Divinos… ¡Hasta para ir a la playa, como los niños de antes! Yo los llevaba así… Y la satisfacción que tenía, nadie lo sabe.  “Por la blanca arena que lame el mar, su pequeña huella no vuelve más…»

No sé si os la sabréis, pero es una canción preciosa: “Alfosina y el mar” y como canto mientras escribo, esta colección me ha recordado totalmente a ella.

La colección “Arena”, más arregladita y totalmente delicatessen: vestido blanco con banda y sobrefalda de rayas tostadas y blancas de morir. No me preguntéis, porque ya sabéis mis

taras con estos colores. Aquí sí  que paso palabra totalmente. Y el niño…

Os dejo que disfrutéis con la colección “Azahar”. Hasta huele y todo. De un blanco impoluto, los más más veraniegos, junto con la colección “Alba”. Estando morenitos, no hay nada como el blanco, siempre os lo digo. Pero arregladitos, con una tela brocada preciosa y mil detalles que ya véis. Talle bajo, vuelo, conjunto del niñito… ¡Qué espaldas! Maravillas…

Hoy me quedo un poco con pichicharre por no poder poner a ninguno de mis hijos estas maravillas. Porque os digo que son maravillas: arregladitos, pero sin ningún recargamiento que sólo te permite llevarlos a un evento. Esto es difícil, pero muy difícil de conseguir. En qué hora he descubierto a Belcoquet. Hasta que no mande a unos cuántos a comprar cualquiera y digo cualquiera de estas colecciones, no me voy a quedar tranquila, que me conozco.

Un beso admirado