
¡Qué domingo más tristón! Si antes os llego a decir que el buen tiempo parecía que se quedaba y que prácticamente, no había habido invierno este año, antes llueve y hace frío.
¡Qué bien estoy callada! Pero frío de verdad, típico de mes de enero. ¿En vuestras ciudades, también, no?
Almudena está en

Santander (ya sabéis, la que no para ni un segundo). Se ha ido el peor fin de semana del año.

A mí, ya sabéis que no me importa, pero hombre… ¡Qué estamos a ocho de abril! Ya no puede nevar como está nevando en muchos sitios, como por ejemplo, en mi querido Burgos, donde destacamos siempre por eso.

En fin, que esto no os quite las ganas de los viajes de Semana Santa, que siempre desconectas, haga frío o calor y vienen de maravilla. Además, aún hay una semanita para que el tiempo vuelva a cambiar. Veremos…

Mi cuñada Mencía, que es una santa caída del cielo, nos ha traído esta mañana churros para desayunar. Y os digo que es una santa, entre otras cosas, porque nos ha contado, hablando de las elecciones, que los viernes va a ver a unas monjitas mayores, para hacerles compañía y les ha preguntado que si ellas iban a votar. Le han contestado que no, que no las lleva nadie, que no saben cómo por correo y que ellas ya no votan.

Y ni corta ni perezosa, ha organizado a sus hijos (tiene cuatro) para que las acompañen (ella también, claro), y las lleven a votar con sus sillas de ruedas y todo.
Sé que si lo lee no le va a gustar, porque no le gusta ser protagonista de nada, pero las cosas buenas y lo que hace la gente buena, también hay que decirlo. ¡Hombre, que no hay tanta gente buena en el mundo, por desgracia!
Hoy no tengo mucho tiempo pero os quería hablar de la colección de este año de “Carmen Taberner”, que me ha parecido muy mona para que las que tengáis celebraciones cojáis ideas o lo compréis si os gusta. Ropa de mucha calidad, y muy bien confeccionada. También algún conjunto más ponible, pero muy coqueto, como todo lo que diseña ella. Empezó con el punto delicioso y mirad qué maravillas tiene este año.

Y es que os vengo enseñando cosas muy estilosas, pero más del «tran tran»… Es decir, ponible, no de tanta calidad. Ideal, pero no para eventos, ni días especiales.

Me refiero en este artículo, a vestidos y jesusitos como éstos, rosas con tul bordado, que me parecen divinos y adecuados para días inolvidables, días especiales.
¿No son espectaculares? El talle alto del vestido, las bailarinas y todo tan cuidado. Con la coronita está de muerte y la pequeñaja, igual. Soberbias para ir a una boda, desde luego.
O éste otro, en turquesa reventón y también con tul bordado. La coronita divina y cómo favorece… ¡Me chiflan estos vestidos tan coquetones para eventos!
Requetemonos estos vestidos blancos de lunares rosas, en crepe de seda, con diferentes diseños: el uno acampanado, con cuello halter y el otro, con un cuellito con puntilla y volante en el bajo…


¿Y el niño? Yo no soy de pajaritas, pero por cómo es el niño, por el pelo y por todo, está bombonazo, la verdad. También para ir a una boda sin ir de arras, van perfectos.

La niña del vestido acampanado está de morir, con ese tocado de plumas que le han puesto para la sesión de fotos. Pero con ese mismo vestido y una corona de florecitas y algo más, bien podría ir de arras. Todo depende de la boda.

Y sin nada, pues ideal para un bautizo o una comunión. Según los complementos, ya sabéis.
¿Y qué me decís de estos vestidos blancos con encaje y tul de plumetti en blanco? Más bonitos no pueden ser. Con el bolerito rosa y la coronita, las veo cañón. Son unas coronitas divinas, no es por nada y el lazote de tul de plumetti de la espalda, no me puede entusiasmar

más. Es realmente divino… ¡Qué escote! ¡Bárbaros del todo!
Arregladitas y preciosas, estas dos niñas. La una, con vestido celeste y levita y la otra, con un vestido, sencillo pero imponente. El cuello habla por sí mismo. Dos niñas que yo también llevaría a una boda, desde luego.

Mirad qué espaldas tan apetecibles: en pico, con lazote crudo el uno y con el mismo volantón que sigue por la espalda y lazo, el otro. ¡Esto son joyas!

Niñas cuidadas, niñas preparadas para un acontecimiento importante y que saben, que entienden cómo hay que ir.
Preciosotas, las niñas con el vestido blanco, talle alto con bandita rosa y cuello con escote cuadrado y encaje rosa en el mismo. ¡Mamma mía! Deliciosas. Y con las bailarinas rosas a juego, qué más queremos. Como para ir con las arras o como invitadas, van de lujo.

El vestido es sencillo, pero ideal, de los que me gustan a mí. Ya veis que la puntillita sobresale también por el bajo. Lo complementan con unas coronas de flores importantes e imponentes, que ya más no me pueden gustar. Melenita bien peinada y van autenticamente preciosas, no así cualquier cosa.

Aquí veis más en detalle el vestido azul celeste de la levita. ¡Qué bonito es!
Con esas alitas crudas que dan la vuelta hasta la espalda, me parece divino y la lazadota por supuesto.

Y el otro, con ese cuello magnífico, que es como un gris perla o azul muy clarito. Para pleno verano, sencillo, de calidad, de clase.

Otro espectacular es éste de lunares, con talle bajo y chatos en los hombros. ¡Cómo me gusta un vestido sencillo pero con ese “algo” que te hace mirarlo y mirarlo. ¡Qué tonos tan bonitos!
También, para invitadas de cualquier evento, irán de las que mejor, sin ninguna duda.

En lila y blanco, elegantísimo y de nuevo sencillo, con esos lazotes en los hombros. La corona, por si hace falta ir de arras o porque nos da la gana y punto. Yo no soy muy de lila, pero reconozco que el vestido es una maravilla.
Aquí os enseño a estas tres muñecotas, a cada cuál más guapa. La pequeña está de dulce, de blanco y con ese cuello que se lleva todo el protagonismo. Cada una por un lado, como invitadas, harán las delicias de todo el mundo.

También podéis elegir uno de los modelos y llevar a varias niñas de arras con él… Con cualquiera de ellos, acierto seguro.
Y de nuevo, aquí, las dos niñas con sus increíbles modelos y el niño tan ideal, de turquesa con camisa blanca de plumetti. ¡Más no le puede favorecer! Invitados vip totalmente. ¡Ayy, si todo el mundo entendiera un poco cómo hay que ir a un evento!

Menos arreglados, aunque también pueden ir perfectas como invitadas a cualquier evento, estas tres niñas.
Dos con un delicioso vestido rosa con flores estampadas y pechera de ensueño con un volantón que sigue por la espalda, rematado por un lazo de raso fucsia. Son una maravilla, desde luego. El otro, de lunares, con estampado de flores también y talle muy alto con bandita estrecha, también lleva volantes en las mangas, imponentes. Le dan todo el protagonismo, aunque las telas también son de aúpa…

Mirad las espaldas… Sobran las palabras. Yo, me quedo con el rosa.

Los dos niños de turquesa, aquí, dan ganas de ponerlos en un marco en tu casa. Guapos, guapos. ¡Así se va a una boda o a un acontecimiento importante cuando son pequeños! Ni más ni menos.

Otra parte de su colección, más de todos los días, estos conjuntos de punto amarillo que me pirran. ¡Qué monos, por favor!


La niña, de comérsela con el conjunto, que es caladito y como siempre, dando toda la importancia al soberbio cuello de puntillas y al bajo. ¡Un pollito de lujazo total!

Sin palabras me quedo ante éste otro vestido de punto en ese azul de morir, con ochos, faldita de ensueño y cuello de volante con vichy y puntilla. ¡Ayyy! Si Almudena fuera pequeña… ¡Súper delicioso!

Y aquí tenéis a esta parejita con otra versión: conjuntos en azul divinos, caladitos y con mangas tipo alitas en blanco. ¡Qué gozada verlas! Otra maravilla de conjuntos.

Ranita y vestido en fucsia con estampado blanco, monísimos para diario (un diario fetén) que llevan estas dos bebotas. Ya veis que el blanco en el pecho o en el cuello no falla y es que le da una luminosidad, que en verano causa estragos.

Otro vestido ideal, de rayas en el pecho y flores en la falda, a juego de una especie de cuello-corbata y cosas así de monas, como los clásicos vestidos de flores, arregladitos para cualquier día. Un poco de vuelo, ponibles, pero como os decía, con la sabiduría de la diseñadora para que sienten como un guante y sean más que un simple vestido de diario.

Para mi gusto, todos tienen ese algo especial: la mayoría, excepto los de punto son demasiado elegantes para ponérselo desde por la mañana. Hay que distinguir un día de diario en el que no te quitas la ropa desde la mañana hasta la noche.
Estos son vestidos para reservar un poco porque son verdaderas maravillas. Eso sí, después, cada una hace lo que quiere y hay algunos, que si los queréis amortizar y ponérselos mucho, me parece genial.

Con esto, os digo hasta luego y espero me sigáis el próximo día, que en cuanto pueda, aquí estaré.
Un beso coquetón