Bueno, pues un día más de mayo… Increíble que ya todo el mundo esté hablando de las vacaciones de verano, pero es lo que toca.

Yo, con mis líos de marcas, tiendas, ropa… este mundo es así.

Todos quieren esperar ahora a las rebajas, y lo mejor, es que quieren encontrar el mismo modelo para los hermanitos.

¡No hijos, no!  Una de las cosas que he aprendido en este apasionante mundo de la moda infantil, es que, o compras lo que te encanta en temporada, tranquilamente y sin prisas, o luego no sueñes en buscar el chollo de tu vida y que encima, haya para  dos o tres el mismo modelo…

Yo no tengo una tienda de moda infantil, pero si la tuviera, este tipo de gente es la que me ataca los nervios.

Me parece muy bien que quieran ahorrar al máximo, pero entonces, que no pretendan llevarlos como los que nos hemos gastado el dinero en que vayan coordinados con esfuerzo e imaginación, pese a comprarlo en plena temporada.

Me solidarizo con las tiendas, porque yo he sido súper compradora de ropa para mis hijos y ahí me teníais en pleno mes de marzo, comprando la ropa para los tres (niño, niña y niño), lo cual no era nada fácil y si quería que fueran ideales, mi dinero me costaba.

Yo no digo que no entienda que hay gente que no puede y demás. Claro que lo entiendo. Lo que no entiendo es que pretenda encontrar lo mismo que las que se han gastado el doble. Pues no, es imposible. Y no sería justo.

Y no te quiero ni contar ya, la gente que, aun pudiendo, espera y da el rollo y lo vuelve a dar para que le traigan la talla que quiere… ¡A esas no se la tenían que traer nunca, hombre!

Yo, a la gente cutre, no la soporto. Una cosa es no poder y otra, la gente que afeita un huevo (conozco bastantes) y pretende llevar a los niños como las demás… ¡No, hombre, noooo!

Bueno, este ataque repetino, ha sido a raíz de un mensaje que he recibido pidiéndome que le buscara en tiendas diferentes el mismo modelo para sus tres hijos… ¿Qué se creen, que soy la recadera? Pues de eso nada, monada.

Y hablando de monadas, tenía ganas ya de hablaros de esta marca, que diría yo que ha sido mi gran descubrimiento de este año. Es la marca Sánchez de la Vega. Arregladita, monísima, con un gusto exquisito, pero eso sí, sin excesos ni recargamientos de ningún tipo.

Tiene lo justo para enamorar y lo indispensable para chiflar, sin tener que recurrir a volantes múltiples, encajes, bordados, entredoses, tules y más cursilerías juntas.

Con esto no quiero decir que no haya marcas bonitas, recargaditas, pero que valen para un día muy señalado. Pero no. Sánchez de la Vega es una marca para todos los días. Es verdad que es arregladita, pero vamos, como llevaba yo a mis hijos mil veces.

Ideales, coordinados, vestiditos monísimos para un día de verano y sin necesidad de tener evento alguno. Y se me olvidaba: marca sevillana, en concreto, de Morón de la Frontera.

No sé cómo definirla. El caso, es que, a mí, según ha ido sacando las colecciones, me han ido enganchando más y más… Me fijaba en todo, los detalles, las capotas, los conjuntos de los niños, los diseños para cada edad… en todo.

Y absolutamente todo me ha enamorado, me ha creado emociones, me ha transmitido… Es muy importante, que, al primer golpe de vista, la ropa te transmita y no la olvides, que la tengas en la retina, acordándote de ella para recomendar, para aconsejar, para comprar, para todo.

Y esto es lo que me ha pasado con esta marca.

Tiene varias colecciones, con lo que, como siempre intentaré resumir. Todas preciosas, con unas telas de diez y unos diseños deliciosos, sin ser en absoluto “engolados”, como os he dicho.

Por ejemplo, la colección Lavanda, que fue la primera que vi y, por cierto, una de mis favoritas. En corales y azules, no tiene desperdicio posible. Depende de las edades, predomina el coral o el azul. También el blanco, que le da una luminosidad preciosa y todo rematado con volantes en el color no predominante.

Los conjuntos de los niños, preciosos. Desde el bebé, con su camisita de cuello de volantones, hasta los más mayorcitos, con sus conjuntos bien estudiados de pantalón corto de rayas y camisas con detalles en azul y coral. No olvidéis que sólo para los más pequeños.

En los vestidos de las niñas, divinos los pañuelos que les ponen como si fuera un bandeau en el pelo, con adorno de flores… En una tela que no sé describir, la cual

también está en el bajo de los vestidos… Son absolutamente de enamorar.

Mirad a la niña con el Jesusito, con cuerpo en blanco de plumetti, falda en azul y los detalles en coral, blanco y azul… ¡Divina! Y el niño…

Bueno, la segunda colección que os enseño, es, para mí, una auténtica delicia: la Abedul. Varios tejidos se mezclan en ella: plumetón, los cuadros de mi vida, tira bordada y cuellos preciosos de guipur. Los tonos en rosa chicle, marino y blanco. ¡Sensacionales!

Podéis ver los diseños, que como os vengo diciendo, son arregladitos, pero muy lejos de los enormes vuelos que se comen a las niñas, los triples volantes o los cuádruples lazos. Y también muy lejos de lo que “sólo es para Ceremonia”.

Los cuadros, divinos, grandes, en marino y blanco, en el bajo de los vestidos, seguidos de la tira bordada en blanco y un cuerpo sencillo de manga corta, en plumetti rosa, con el cuello marino de guipur, les da un aire tan encantador que no sé ni cómo describirlo…

Y los pañuelos en la cabeza para hacerlos menos puestos…¡Superiores! Puede que sólo se los hayan puesto para la foto, pero yo, la llevaría así por la calle… Original y divino.

Los niños, con los conjuntos monísimos de pantalón cortito de cuadros con camisas blancas con tapeta, bien en cuadros, bien rosa, dependiendo de la edad…

El conjunto de bebé, ya lo habéis visto también arriba, con la blusita rosa y cuello de tira bordada con el cubrepañal en los cuadrotes…

Y la bebé del Jesusito, más delicatessen, con capota en la que la tira bordada blanca, tan favorecedora, enmarca toda la cara. Una preciosidad de colección.

Bueno, pues paso a la siguiente, sin dejar de pensar en las dos de las que os he hablado…

Con un tejido de satén, y un estampado dulce y exquisito, llega la colección Caléndula. Verde agua, rosa y malva se entremezclan en el increíble estampado, fresquito y vaporoso para el verano.

Los vestidos son bárbaros, con volantes en los colores del estampado, lo mismo que el encantador conjunto de blusón y short con la capota anudada por el lazote rosa, bien grande, como a mí me gusta…¡De morir de bonito!

Los niños, preciosos con sus pantaloncitos cortos en malva y camisas verdes con tapeta y puños en rosa. ¿A que si os lo describen sin verlos, no crees que sean bonitos?

Pues no tenéis nada más que ver el resultado: bombones auténticos. No os olvidéis que sólo para los más pequeños…

Toda la colección es de estar mirándola durante horas, por lo menos yo… No hay nada que más me guste que descubrir una marca nueva que me encanta y fijarme en las telas, tejidos, detalles…

Todo lo que os diga de ella es poco, por lo que es mejor que miréis las fotos que os voy enseñando de semejantes niños bonitos.

Toca el turno a la colección Amaranthus, que el primer día que la vi, casi me desmayo. Os podrá parecer una exageración, pero hacía tanto tiempo que no veía este tipo de ropa sin ser rococó, que me dio un subidón increíble y pensé: esta marca va a triunfar.

Predomina el celeste y es un sueño de colección. Los diseños son una maravilla y hay una variedad de tejidos increíbles, sin que apenas se noten los contrastes.

Mezclada la tela brocada azul con un estampado también en celestes, con tira bordada, entredoses y encaje en el cuerpo. Las niñas parecen princesitas de cuento.

Yo las veo totalmente arrebatadoras. Tanto los vestidos, como el jesusito y los conjuntos de niño. ¡Qué bien lo ha sabido hacer esta marca, tan lejos de los niños cursilitos que se ven en otras!

La veo la más arregladita y por ejemplo, perfecta toda la familia para llevar las Arras en una boda…

Mirad esta niña angelical, con el vestido precioso y la coronita de flores de morir… ¡Cómo está, por Dios!

¿Y estas dos pirrupias? Me diréis cómo es la capota del jesusito, con la tira bordada preciosa y perfectamente diseñada… Las veo de cine.

Me encanta regodearme porque son una maravilla tal, que sé que va a pasar mucho tiempo sin ver algo tan bonito. Tomad nota: las coronitas, el pelito ondulado exquisitamente. Una boda de cinco estrellas.

Al ver colecciones como éstas, es cuando te da pena que los niños crezcan… Son ideales para todo, pero si alguna está pensando en Arras, que sé que sí, que ni lo dude… El trajecito del bebé es otra pocholada. ¡No lo penséis!

Bueno, y como casi toda marca, llegamos a la marinera, que se llama “Gerbera”, como una de mis flores favoritas.

En marino, blanco y rojo, con una visión muy particular de lo marinero, también vemos unos conjuntos colosales.

Los vestidos, con el cuerpo blanco y cuello y cintura adornado con puntillas exquisitas en rojo. La falda, con un brocado espectacular en marino y blanco. Y de remate, la misma puntilla roja en el pelo, a modo de diademe, que les favorece una barbaridad. Lo que os digo…

El conjunto del niño, con camisa de lunares y picunela roja,  otra monería.

Mirad qué espalda tan espléndida… Es que me parece todo maravilloso, con un gusto fuera de serie. No conozco personalmente a la diseñadora, aunque creo que hablé con ella por teléfono, pero no puedo más que admirarla por su gusto sin igual.

Y fijaos en esta niña morenaza, que parece de mi familia, cómo está con el jesusito. Un jesusito, que, por muy marinero que lo llamen, es de altos vuelos. Arregladito totalmente. La niña, un bombón de chocolate.

Bueno, se me está notando un poco que me chifla esta marca, ¿no? Pues me alegro. A ver si así, con todo el caso que dicen muchas que me hacen, veo a estos niños por la calle, porque lo que es en Madrid… brillan por su ausencia.

¡Viva Burgos! Jajaja, de vez en cuando, me entra la melancolía, sobre todo cuando veo cosas así. Más de Burgos, que de Madrid.

Y bueno, me quedan más colecciones, que no sé si me va a dar tiempo, como siempre… La colección Azalea, más maravillas. No han hecho nada ni medio feo.

En colores alegres y llenos de luz, como el fucsia y blanco, divina para quien quiera que sus niños llamen la atención desde lejos.

Los conjuntos de los niños con camisas azules, es a lo que me refería antes con que no los disfrazan poniéndolos de fucsia enteros… ¿Capito?

Fijaos en los detalles del jesusito de estas niñas… El encaje de la capota delante de la tela fucsia, no hace más que resaltar lo bonita que es… la capota y las niñas, por cierto.

El piqué del vestido con ese estampado tan precioso, la banda con la lazadota atrás, el vuelo… Detalles en los que, desde luego, yo, me fijo uno por uno.

Los cuellos bebé de los vestidos, que continúan hasta la espalda, con escote en pico… Todo es necesario nombrarlo, porque todo merece la pena.

La colección Gardenia, en un verde agua precioso combinado con una tela de florecitas divina y otra color buganvilla es un estallido de colores como llamando al verano…

Os dejo fotos para que veáis otra maravilla.

Mirad el jesusito, increíble, del que destaco su capota que me vuelve loca. Una muñequita antigua es lo que parece…

Esta niña me tiene enamorada. Será que me resulta familiar. ¡Bombonazo de conjuntazo! Todo es superlativo en esta marca.

No me da tiempo a más y me dejo la colección Madroño, la Bambú y la Camelia.… De nuevo con mil colores. Por arriba, os he dejado foto de lo que he podido.

Y ya me toca terminar, aunque, seguiría y seguiría…

Como os digo, Sánchez de la Vega, ha sido un descubrimiento. No voy a decir como el de América, porque no soy andaluza (de exagerada, jajaja), pero casi…

Un beso con mil olés