
Empiezo tardísimo hoy… Se me pasan las horas sin pensar. No paro y el caso es que no sé qué hago.
¿No os pasa a vosotras? Ni siquiera he podido ir a clase de zumba, no me ha dado tiempo.
Esta mañana, hablando con tiendas y esta tarde, ha estado mi cuñada un

rato. Hemos estado charlando, viendo ropita y se nos ha pasado el tiempo volando.

Así que ya estoy aquí como una moto, para variar. Además, ayer me quedé viendo la tele hasta las tantas, después de ver el capítulo de “Tiempos de guerra”. ¡Me encanta!

No será nada del otro mundo, pero como siempre, me chifla el ambiente, el vestuario, Amaia Salamanca, la historia de amor, todo… ¡Soy una romántica sin remedio!
Hoy he pensado contaros alguna cosita, daros alguna idea para las fechas que se aproximan. Sí, de monadas hechas por artesanas con gusto, que es lo que más me gusta del mundo.
Así que os voy a hablar un poco de «Babysolecitos” y de “Con mucho mimo”, o bien de Natalia Gutiérrez y de Elena Royo, las creadoras de las maravillas que os enseño. Todo para vuestros bebés, niños, para la casa, para llevar a la guardería o para mil cosas. El caso es que sea bonito. Y además, práctico en muchos casos. En otros, detalles llenos de gusto que dan vida y calor a nuestras casas, a las habitaciones de nuestros hijos.
Empiezo por “Babysolecitos”. No sé cómo me topé con ella un día en Facebook y ví un capazo divino para la playa, con una tela divina también y un lazote enorme. Vamos, ni en las tiendas más bonitas había visto algo parecido.

Ahora, como no es época de capazos, os enseño qué maravilla de mochilas, entre otras cosas, hace: mochilas de bebés, de niños pequeños, llenas de detalles, personalizadas, para que el niño lleve el pañal y sus cosas a la guardería o para que lo lleve por la calle con algún juguete, toallitas, etc.

Aquí, la de Alma, con piel cruda, telita de rayas rosas, tira bordada y lazote. ¿No es irresistible? Si es que me imagino a la pequeñaja con ella y ya me dan ganas de comprarla…

¡Estas cosas me vuelven loca! No una mochila cualquiera, no. Llena de encanto, dulce, con detalles, con mimo… Esas pijoterías que dicen que me gustan. ¡Pues sí señor, a mí y a un montón de gente!
Ideal también la bolsa de merienda de Carla en rosa, con una tela de florecitas divina, picunela y tela lisa en rosa. ¡Da gusto llevar la merienda así!

Yo se la llevaba siempre en bolsas de este estilo. A cada uno, la suya, con su nombre. Detalles que no dejan de ser pequeñas satisfacciones de la vida. Para algunas, ya lo sé.

Y perfecto para un regalo, ya que se acerca la Navidad, el conjunto de mochila con bolsa, como éste de Jimena que veis aquí. No le falta nada… Tela de estrellas, con puntilla la mochila y picunela en la bolsa. Y lazotes… ¡esos que no falten!

Me chiflan las madres a las que estos detalles les gustan tanto como a mí, porque significa algo, que no van sólo a lo práctico, que se preocupan hasta el más mínimo detalle de que sus hijos vayan como soles en todo, no sólo en la ropa.

Cayetano estará encantado con su mochila de ositos, que desde luego, hay que ver como se han puesto de moda. ¡Madre mía! En ropa, medias, telas…
La veo muy de chico, muy mona para un niño pequeño. Irá presumiendo al cole, eso seguro.

Espectacular la de Hugo, celeste de polipiel, tela de vichy con puntillas y otro lazote de un vichy diferente que le va a la perfección. ¡Idóneo para regalar a un recién nacido y llevarlo en principio la madre, con los pañales, biberón y demás…

Más de mayorcita, también preciosa la blanca con topitos marino de piqué en una parte, acolchada de charol por arriba y con su buen lazo con los topitos a la inversa…
¡También deliciosa para llevar al cole o a cualquier sitio! La podéis encargar como os guste, en el color que queráis, personalizada y lo mismo, las bolsas de merienda.

Colosales (otra cosa que me pierde), las toallas de baño, como esta de Hugo, en beige, con rayas camel y picunela celeste. Tiene un colorido de diez. El nombre bordado también en celeste, ya no me puede gustar más. ¡Un envoltorio de matrícula para un bebé muy querido!
¿Queréis elegir la toalla de vuestro hijo o alguna para regalar? Os advierto que triunfaréis…

Chiflantes estas otras, una grande y otra pequeña, blancas y con tela de vichy azul. ¡Madre mía, qué cosaaaa! Y además, con Pablo, uno de los nombres más bonitos del mundo…
¿No son deliciosas? Esa es exactamente la palabra. Y también un regalazo, pensadlo bien.
Más y más modelos. Natalia os hace lo que más os guste y ya veis que lo borda.

De “Con mucho mimo”, ya os hablé hace un tiempo, pero es que los trabajos de Elena, me apasionan y he pensado que como ya somos muchos más, algunas no los habréis visto.

Hace de todo y cómo pinta. Complementos de decoración infantil, con los que te derretirás de gusto… siempre buscando la originalidad en cada diseño, y hecho con todo el cariño del mundo.

Las famosas siluetas las hace perfectas, como

esta niña vestida de malva, con su patito. Ya veis que resaltan los lazos de las coletas, la pulsera de perlas y el lacito del chupete, que son incorporados a la pintura.
De nuevo, os traigo, tablillas para las puertas de sus dormitorios. De cualquier forma y tamaño, personalizadas, como queráis.
Ovaladas, como la de Lucía, que decora su puerta y parece

otra puerta…

O en forma de puzzle, como la de Irene, con su gatito… A cada uno, le podéis poner su juguete, animal o hobby preferido.

Incluso, para ahora, un detalle ideal, es la tablilla navideña, para ponerla durante las fiestas… ¡Qué monerías! Esta Elena está en todo.
Divinas también las iniciales de sus nombres decoradas. Siempre me han apasionado y de

hecho, las tenemos nosotros en nuestro dormitorio.
Quedan de cine en los cabeceros de las camas de los niños, en una estantería, en cualquier sitio… Pero una grandota encima del cabecero, es impresionante.
También monísimos los nombres completos, letra a letra decorada.
La pared se vuelve a inventar y todo cambia.
Haces de su habitación, un rincón con calor, bonito y dulce. ¿Os gusta?
Sé que sí… Y mucho.


Los ángeles de la guarda ¿qué os voy a decir? Para mí gusto, requeteimpresionante para poner en la cuna o camita. ¡Ya puede estar contenta Manuela!
¡Qué detalles, por Dios! Estas cosas ya no se pagan con dinero y si las buscas en las tiendas, iros olvidando…
Puedes añadir a la habitación del bebé una nana infantil, como las llama Elena, con la oración, para pegar en la pared, colocar en un estante y sentir que esa habitación tiene el nombre de tu hijo…

Otra debilidad que tengo son los colgadores de cuna o cochecito, hechos de cerámica fría, totalmente a mano. ¡Qué mano la de Elena!

Puedes poner el nombre también en ellos y no me digáis que no son de morir de bonitos, como estos en rosa, con lazo de raso.
O para niño, uno como éste, con el gatito… ¡Cómo dibuja! ¡Los niños parece que hablan! Son sencillamente una verdadera joya.

Por supuesto, cuadros personalizados, igual de monos, porque las muñecas son tan guapas, tienen esas caritas, que los cuadros ya en sí son una monería auténtica.

Los de piratas no fallan para niños, que no se os olvide por si tenéis un regalo pendiente…

Pomos para los armarios o para recoger las cortinas, que no sabéis cómo quedan de originales y de deliciosos. Ya los veis. Ahora, imagináoslos puestos.

Las plaquitas pequeñas redondas, como estas bailarinas, también quedan de lujo en un rinconcito. Incluso, yo pondría cuatro (son pequeñas) y dejas esa parte totalmente decorada.

Siluetas para el baño, regalitos como detalles para Comuniones o bautizos… Todo con la maestría y las manos mágicas de Elena, que hace que lo que imaginas, se convierta en realidad.

No puedo seguir, pero estáis a tiempo de encargar a cualquiera de las dos sus preciosas artesanías. Tanto para vuestros hijos, como para un regalo exquisito.

La Navidad es mágica y la magia también se refleja en todas estas cosas que os he enseñado y que, repito, no encontraréis igual en ninguna tienda.
Espero que os haya gustado la mitad que a mí.Con eso me doy por satisfecha.
Me gusta el calor y el color de las habitaciones, que los niños lleven mochilas “pijoteras” y todo lo que sea realmente tan bonito. ¡Sí señor!

Un beso a mi Ángel de la Guarda