
¡Día de San Valentín! No podía por menos que nombrarlo, aunque a mí nunca me ha gustado celebrarlo. Ya sabéis, un día comercial, donde todo es por las compras y nada porque haya que celebrar lo que no celebras cualquier día.
Yo soy de esa opinión totalmente. Tampoco

me gusta el día de la madre, el padre, etc… y las razones son obvias. Pero bueno, me parece bien quiénes lo celebren.

Yo misma, ayer, en una tienda compre una camisa y un jersey a mi marido y pensé: “bueno, ya que es el día de los enamorados, pues mira, se lo doy mañana”. Al final, todos caemos. Y es que cuando los sentimientos son verdaderos, pues bueno, un motivo más para decir a esa persona que la quieres.

Pero no me convence en absoluto. Como he leído en algún sitio con lo que estoy de acuerdo, por desgracia, es con “cuántos te quieros se dirán el 14 de febrero, siendo mentira y cuántos te quieros verdaderos, de nuevo, se quedarán callados”.

Conozco muchos casos. Es una pena que estando en las épocas que estamos, haya gente que siga viviendo de las apariencias y siendo auténticamente infelices y además, tengan que celebrar San Valentín… Pero así es la vida, os lo digo yo.

A todos los que viven de las apariencias, que son infelices, que no se atreven por el miedo al qué dirán, etc, les diría: “Los amores cobardes no llegan ni a amores, ni a historia, se quedan allí… Ni el recuerdo les puede salvar, ni el mejor orador conjugar…»
Es Silvio Rodríguez, que siempre me ha matado con sus canciones. ¡Cuánta verdad en sus letras!
Bueno, vamos a lo nuestro, que si no digo lo que opino, reviento.
Cómo no, de nuevo, siguen siendo las Comuniones. Estáis de los nervios. Ahora tenéis muchas el vestido. Os faltan los complementos, no os gusta lo que véis, el tocado no os convence… «Miss Garland» se encarga hoy de daros las ideas para ello. La he elegido, porque siempre me han enamorado sus complementos de gusto exquisito, sutiles, su distinción y elegancia. En fin su estilo, tan personal.

Emma, su actual diseñadora, nos sorprende cada año con tocados y complementos más bonitos. Dulces, con una armonía de colores que es una maravilla.

Jamás un complemento ordinario ni chillón… Complementos para el peinado, cinturones y accesorios para los trajes y zapatos, llenos, como os digo de florecitas pequeñas, adornos sutiles, tules enredados en trencillas, etc.
No me extraña que sea una marca reconocida a nivel nacional e internacional.

El año pasado, el día de FIMI mágico (la Feria Internacional de Moda Infantil para Ceremonias), me quedé un buen rato en su stand y me hubiera llevado todo. ¡Qué monerías, por Dios!
Si tenéis un vestido bonito, sobrio, y creéis que le falta algo, un toque especial, ni lo dudéis: ésta es una de las marcas más bonitas para complementar el vestido en un día tan especial.

También hay otros complementos menos sutiles y más consistentes, por si el vestido es demasiado soso. Hay solución para todo.
Un ejemplo, este tocado de frente de encaje a juego con el collar… Ni vestido soso ni nada.

¡Toda la importancia para los complementos! Es algo que cada vez me gusta más. Menos vaporosos los vestidos y unos complementos de diez, me gustan más que el vestido más bonito y despampanante del mundo.

Generalmente porque los que he visto despampanantes, no me gustan nada, jajaja. Ya sabéis que no me gustan las princesas.
Mirad la trasera de este tocado celeste. ¿Cómo es, no? Flores, tul rematado con adornos sutiles… ¡Me chifla!

Con una banda azul y bailarinas o alpargatas monas, deliciosa la niña.
Coronas más grandes, como ésta, de abajo, de hortensias color marfil, de una delicadeza increíble… Tanto si el vestido es blanco como beige, divina.
Las bailarinas marfil y otra maravilla. Además, hortensias…¡Qué más quiero yo!
Este tocadito mucho más ligero, pero también precioso, de flores rosas y tules cayendo, es otra monada.

Le puedes poner el collar a juego, porque no es nada recargado. Al contrario, es puro mimo y dulzura.
Son tan bonitos (y más al natural), que hasta te puedes permitir poner corona y collar, además, por ejemplo, en verde.

¿Por qué no? La niña estará preciosa y siempre queda original. Si es bonito, claro, como es el caso. No sabéis cómo están hechos. Los teníais que ver al natural…
Fijaos bien en los tules, lazadas, flores… Y nada empachante. Eso sí, con esto, vale. Y para un vestido sencillo. Si no, no sirve de nada. Ni le pegará e irá como un adefesio si el vestido ya tiene tules y puntillas por todos lados.

Fijaos en el conjunto de esta niña: tocado celeste de flores, collar y tobillera… ¡Chiflante! La tobillera de encaje con flor para ponerla encima de unas sencillas bailarinas es fascinante…

Divina la semi capota que lleva esta otra niña con flores y encajes y las bailarinas adornadas a juego. ¡Son de impresión!
Parecen de película. De una película romántica bonita, de esas inglesas con paisajes de la campiña…
Con una sencilla banda celeste con lazada atrás, ya está super vestida. Y cañón, por cierto. Original y preciosa, así la veo.
¡Me matan las cosas bonitas en el pelo! No les pongáis flores de plástico, por favor… Es mejor, un buen lazote de raso, a un lado. Así fue mi hija, como iba peinada todos los días.

Tocado de flores marfil de nuevo. Esta vez, a juego con la pulsera de encaje… Pequeños detalles que van haciendo una maravilla de conjunto. La más guapa el día de su Comunión, no lo dudes.
Siempre os digo que más vale buen gusto que mucho dinero… Puede heredar el vestido de cualquier prima o hermana, que parecerá que lo estrena con todos estos complementos.

El collar tipo babero, con la corona a juego, puede resultaros recargada, pero no lo es. Como todo. No lo es para un vestido super sencillo, como he visto muchos (y monos por cierto), al que le quieras dar el toque mágico…
Aparece la niña así y de verdad, que te quedas de piedra. Es una pena que en la foto no se aprecie lo preciosísimo que queda. ¡Probad y veréis!

La niña lo recordará toda la vida…. ¡No sabéis cómo está hecho! Es pura delicadeza, de verdad.
Otro que os puede parecer excesivo y que yo veo bárbaro: el collar alrededor del cuello con flores exquisitas en rosa, beige y lazaditas en verde…
El cinturón, más pequeño, a juego. ¡Niña de mis amores, cómo estás!

Pero si os parece demasiado, también tenéis miles de opciones, como la que lleva esta niña, con la coronita triple finita, también exquisita con florecitas y el collar a juego, eso sí, siempre con sus tules y lacitos, con el sello personalísimo de “Miss Garland”.

¡Qué maravilla la parte de atrás de la corona de hortensias en marfil! ¡Qué bonita la caída con el lazo de encaje y las florecitas más pequeñas!
Lo que os digo: todo el mundo tranquilo y las que heredéis un vestido, eso que os ahorráis. Las niñas de mi prima hicieron las dos la Comunión con el vestido de Almudena y estaban ideales.

¡No hace falta estrenar ni ser la más rica de todas! Buen gusto, ideas, imaginación… Eso vale mucho más. Después, ni os cuento los vestidos que han costado una fortuna y que, directamente los tiraría a la basura…¡Pero muuuuchossss!
Pon a una niña estas bailarinas con encaje, tul blanco y flores y a ver quién le tose… Ni vestido ni nada. La corona o tocado a juego y brillará por sí

sola. En estos casos, el vestido es lo de menos…
Y también me encanta este tocado, una florota a un lado. Siempre, como os he dicho, con el sello de la marca, tules y florecitas más pequeñas cayendo….

Con un vestido blanco de piqué (por ejemplo), banda y bailarinas adornadas en beige también, fetén del todo.
También tiene bolsitos monísimos (no soy de bolsos, pero éstos son tan ideales) para complementar el vestido. Yo no se lo pondría, pero estará sensacional, porque “Miss Garland” no se equivoca nunca.

Coronas y capotas bonitas ya os he enseñado, pero quién todavía tenga dudas, que me lo diga y os enseño algo más. Desde luego, no os quejaréis, porque ahora yo preferiría casi tener un vestido sin adornos para poder llevar a la niña con muchas de las maravillas que os he ido enseñando estos días. ¡Directas al estrellato!
Y yo me voy a hacer cenas y demás, que llevo un día fino de llamadas (no sé que me va a entrar de estar todo el día pegada al teléfono)
Un beso rematado con tules