
De nuevo, llevaba tiempo sin pasar por aquí… Ha pasado la Semana Santa y unos cuántos días más. Días con una temperatura increíble, casi de verano.

Hoy, ya llueve. Lo advirtieron ayer en las noticias y tal cual. No me gusta que llueva, pero menos me gustaron los 26 grados con solazo del martes. Ya va a hacer calor horrible en verano, como para que se adelante además…
Pablo se fue a Burgos y me quedé sola. Bueno, con Tess. Prácticamente no salí. Sólo a dar alguna vuelta y a que Tess corriera por el campo.

Sé que la mayoría no habéis podido iros estos días de vacaciones por la maldita pandemia, que nos tiene a todos sumidos en el miedo.

No me gusta nada este tema y menos las vacunas, que no están nada probadas y se están poniendo a la ligera. No me creo nada.

Será mejor ponérsela que no, pero, repito, no me fío un pepino de este gobierno que tenemos. Supongo que con el tiempo, nos vacunaremos del virus igual que de la gripe.
La gente está triste, desanimada, decaída, sin ganas de nada. Y es que ya llevamos un año y pico con el Covid y, como os he dicho, lo que nos quedará…
Me decís que no tenéis ganas de gastaros el dinero en cosas caras, que total los niños llevan mascarilla que desluce todo, etc, y es verdad.
Pero es mejor hacer un pequeño esfuerzo y ver las cosas tan bonitas que tiene la vida (consejos vendo que para mí, no tengo)
Hoy, “ Levantelier” nos enseña su colección para este verano, que es preciosa, sencilla y nada cara. Ideal en todos los sentidos.

Y sensacional en especial para estos tiempos convulsos que nos está tocando vivir.

Me encanta ver a los niños vestidos así. Como ya es algo en extinción, pues, de pronto encontrártelos por la calle es toda una aventura y novedad.
Yo me quedo mirándolos embobada. ¡Qué difícil es ver a niños bien vestidos! Una pena.
Como os he dicho, esta colección me parece monísima para niñas, niños y bebés. Es ropa de siempre, confeccionada con mucho gusto y con tonos que les favorecen muchísimo.

Vestidos, peleles, jesusitos, etc. con los que vuestros hijos brillarán este verano. Hermanos vistiendo igual, coordinados… esas cosas que hacía yo cuando mis hijos eran pequeños.

Batistas, plumettis, lino y preciosos colores con diseños clásicos y sencillos es la apuesta de esta marca tan mona que descubrí hace pocos años.

Es una verdadera gozada ver a niñas así vestidas por la calle. Como os decía antes, en Madrid “brillan por su ausencia”, como decía la madre María del Puig cuando regañaba a Lydia por no tener el cartelito con su nombre (cómo nos reíamos).
Entre todo lo que os estoy enseñando, imagino que algo os gustará o eso pretendo.

Las más pequeñas, fijaos cómo están con el faldón Coco, de lino blanco y lazos de florecitas. Pues, sencillamente monísimas.
No cuesta nada “molestarse” un poquito y hacer todo más bonito con este tipo de ropa, ya que nos lo facilitan mucho ahora con toda la oferta que tienen las marcas.

Combina a la perfección con la camisa de batista de manga francesa y una chaquetita de punto, por si refresca.

Van deliciosas y sin dinerales encima. O el faldón Pera, en un verde seco precioso y con entredós de plumetti en blanco. ¡Y, además, fresquitas!

Como a mí me encanta rizar el rizo, yo les pondría la capota verde. Buscaría hasta encontrar el mismo tono y si no, les vestiría de otro color.
Pero a lo mejor os gusta tal cuál. Yo soy muy “mía”. A las hermanas mayores, les ponéis el vestido de la misma colección, precioso, en bambula verde y blanco y van que es un primor.

Sólo nos ha costado un poco el buscar cómo llevarles coordinados, porque como veréis, por lo demás, es ropita muy asequible para pasar un verano perfecto.

Ahora que hay tanta gente con los ánimos por los suelos con la que está cayendo, lo mejor que podemos hacer es entretener la mente, leer, escribir, caminar, cantar etc. Todas esas cosas cotidianas y normales que ahora se han vuelto imprescindibles y de oro. Yo, lo intento y no siempre lo consigo.

Acabo de llegar de pasear con Tess, más bien, de correr, y nos ha sentado de fábula. Hace buenísimo de temperatura. Me voy a vestir y a dar una vuelta y, de paso, comprar algo de comida.


Antes, mirad qué precioso es el vestido Melón, en vichy blanco de algodón con mangas anchas y atado a la espalda por detrás. ¡Un vestido de estos, es imprescindible!

Todas (pequeñas y mayores deberíamos tener siempre un vestido blanco en verano).
“Tenías un vestido y un amor y yo simplemente, te vi”… ¿veis? Ya estoy cantando. No lo puedo evitar. Una canción preciosa que se ha convertido en una especie de talismán para mí.

Poned una nota de color, como las chaquetas fucsia de arriba, por ejemplo y me requetechiflan.

Especialísimos el faldón y jesusito Ciruela, en lino rosa con tira bordada en blanco en el borde y braguita a juego. Niñas bonitas. Y fresquitas también.
Y en mis colores favoritos,


el vestido Manzana, combinado, de lino blanco y ocre. Volante en el cuello y manguitas afaroladas. ¡Elegante y superior!

Y es bonito tanto para las más pequeñas, como para las mayores. ¡Qué tonos tan divinosss!

Lo mismo que el Jesusito y vestido Frambuesa. Están ideales con él y de nuevo, la sencillez es nuestro mejor aliado. De crepe blanco, con aplicación de guipur en los hombros y la braguita a juego, no pueden estar más ideales.

De nuevo, ya veis que el blanco es fundamental en el verano. El pelele Melocotón, de rayas blancas, a juego del jesusito de la misma familia, es otra monería. Ya veis que el jesusito lleva gomas y va atado con lazos en los hombros. Con la braguita a juego.

Como podéis comprobar, esta marca tiene para todas las edades, desde la primera puesta hasta los diez años y seguro que os está encantando.

Me dicen que tengo que quererme más, que es algo muy importante. Yo siento que no soy nadie, estoy triste y parece que me fuera a quedar así para siempre… No lo sé. Tengo días nefastos. En otros, parece que sale el sol, pero cuando pienso y siento que estoy mejor, de nuevo me vuelvo a caer. ¡No me aguanto!

¿Sabíais que hay gente que se casa consigo misma? Pues eso. Quieren casarse y no encuentran nada mejor que hacerlo con ellos mismos… Me parece una tontería, pero se han celebrado bodas así, con toda la parafernalia que supone y demás… Yo no lo sabía. Seguro que, al menos, esa gente se quiere a sí misma. Ya tienen algo ganado.

Bueno, ya he vuelto. Hemos tomado unos vinos y tapas. Llego a casa y me siento, otra vez, vacía, hundida. ¡Ayyy! ¡Cuánto amor se llevó Luis! Parece que, al morir él, yo no tengo más remedio que “autocastigarme” y sentirme fatal, enferma, hundida.

¡No hay derecho! Él querría que yo estuviera al menos tranquila. Lo sé. Mi bien por encima de todo. Así era él.

Le encantaban los lunes. Todos los días de la semana. Decía que conmigo, todos los días eran completos, perfectos.
Y, ahora, no puedo más que pensar en lo feliz que fui y sólo le pido a Dios, si es que existe, que me ayude a estar, si no feliz, al menos tranquila, serena y en paz.

Creo que no es mucho pedir, pero no se me está dando nada bien. Estoy haciendo daño a la gente que me quiere y lo peor es que no lo puedo remediar.

Bueno, ya me he desviado del tema que nos ocupa, que es la moda infantil. Espero que os guste la marca y que vuestros niños llamen la atención este verano.



Todo lo que contribuya a que seamos felices, bienvenido sea, aunque se trate de algo superfluo, como es la ropa infantil… En todas las cosas podemos encontrar esperanza e ilusión (repito).
Gracias a quienes están conmigo en esta etapa tan dura de la vida. Espero tranquilizarme y devolver con creces todo lo que me están dando.
Un beso sentido