
Otro día más de febrero. Un día soleado y radiante. Hoy puede ser un gran día, me repito a mí misma una y otra vez. Pero no lo consigo.

La casa está tal cual la pusimos el primer día. No me hace ilusión decorarla, ponerla con detalles y todo lo que me privaba hace un año.
Espero que llegue el día en que pueda hacerlo, porque si no, lo tengo claro. Cuando por fin “compre” algo para esta casa, será una buena señal.
Yo, que casi cada día “aportaba” un cesto de flores, alguna jaula decorada, una lamparita monísima…

Daba igual lo que fuera, pero estaba tan contenta que miraba todo una y otra vez y le preguntaba a Luis que si le gustaba, a lo que me respondía siempre con su ironía y sentido del humor: “bueno, ya tenemos puesta la tienda, pero no entra nadie”…
En fin. Es que este mes ya hace un año que se fue y no lo puedo soportar. Me supera. ¡Qué vida tan difícil!

Tengo que aprender a vivir de nuevo. No sé ni cómo explicarlo.

La próxima semana voy a quedar con Eva Ruiz Aldereguía, quien ha pasado por esto y espero que me de un poco de su ánimo y su fuerza. Dice que me va a contar el “secreto” para ser feliz, así que, estoy ansiosa de conocerla por fin.

Me voy a tomar un café. Me he levantado prontísimo y ahora mismo, el sol radiante está entrando por la ventana iluminando todo el salón… Es como si me estuviera haciendo burla.
Pablo sigue durmiendo (se acuesta tardísimo) y por supuesto, Tess también. En mi cama, porque ya está tan maleducada que, directamente se acuesta conmigo. Sin preámbulos de ningún tipo para intentar que se vaya a la suya.

Bueno, ya estoy de vuelta. Me he tomado el café con leche y, como la tabla de la plancha me estaba mirando, he pasado rápido por su lado. Ya lo haré, ya podré, ya ordenaré… así estoy todo el día.

Pero como me sigue gente estupenda y me pide consejos, pues yo, encantada. Como os digo a veces, el Covid no os ha quitado las ganas ni la ilusión, de lo que me alegro muchísimo.

¿Qué regalar en la primera comunión? ¡Ayyy, qué difícil lo veis!!!
La verdad es que para niño, el reloj, el balón o la bici son los más frecuentes, pero me gustan más los regalos que hago a las niñas, y con los que siempre, siempre, he acertado.
Los niños son más facilones. Para las niñas, hay todo un abanico de cosas bonitas. Somos más complicadas.
“Lan Fairy y Pepa Veira” son nuestras protagonistas de hoy. La primera, muchas ya la conoceréis porque he hablado varias veces de sus preciosísimos camisones y batas inspirados en los años sesenta. La segunda, ha sido todo un descubrimiento y sus muñecas es otro de los regalos que más me gusta.

Con los camisones del estilo de “Lan Fairy” he pasado toda mi infancia. Mi madre nos hacía maravillas con una destreza impresionante. Muy muy parecidos a estos. Recuerdo siempre a mis primas y a nosotras (mi hermana y yo) con ellos puestos y jugando por las camas de mis abuelos…

En cuanto a estas muñecas, os las enseño, porque me parecen una preciosidad y un regalo chipén. A muchas niñas de nueve años, les siguen chiflando y más, cuando son así de trapo, ya no tan infantiles.
De mi comunión, lo que más recuerdo fue el comediscos y una muñeca preciosa que me regaló mi tía Mariví.

Yo pedí muñecas a los Reyes Magos hasta los dieciséis años y ahora, porque no procede, que si no… jajaja. ¡Es que me chiflan!

Os aseguro que encantan, no así cualquier cosa. Y los camisones y batas también. A las niñas y a las madres. A mis sobrinas les regalé el conjunto de camisón y bata y no os imagináis cómo gustó… Son una auténtica preciosidad.

Están inspirados en las florecillas silvestres, en los colores suaves, en el olor a ropa recién planchada, en los aromas del campo… Para mí, supone una vuelta a la niñez, a los juegos sin prisas, al valor de lo hecho a mano, a

mis camisones de siempre.
Como el camisón Dorothy, en batista, azul antiguo y tira bordada. No me digáis que no es bonito. ¡Qué diferencia con otrossss!

Muchas de vosotras lo apreciaréis, lo sé. Las madres de ahora prefieren lo práctico y lo compran en cualquier supermercado. Es una pena, aunque las puedo entender, que no comprender…

¿Vais a comparar esta maravilla de tira bordada en forma de alitas con un pijama de Carrefour?
Me chifla el gusto de Mónica. Todo. Desde los camisones, batas y mañanitas hasta su puesta en escena, que no puede ser más deliciosa. En el campo, con una cama divina, colchas de florecitas monísimas, cestos de hortensias, cajas, libros, etc… crea un escenario único.

Precioso también el camisón Ruby, con el crochet en rosa empolvado, batista y tira bordada de nuevo. Me parece exquisito este diseño y además súper fresquito y ponible. Vamos, el regalo ideal.

La bata Grace es deliciosa, con crochet verde antiguo, lino y tira bordada… Con el camisón a juego, no puede haber un regalo más bonito.

Las mañanitas, una virguería en extinción. ¡Qué pena! Fijaos cómo están las niñas con ella.. El regalo puede ser un camisón y una mañanita, en lugar de bata. Como queráis. Me parece un regalo increíblemente original y precioso.

¿Qué más se puede pedir?
Fijaos bien en todo y, si no tenéis comunión este año, guardad la idea para el año que viene. Os aseguro que es el regalo más bonito que he hecho y que me han hecho.

Por lo que respecta a las muñecas, ya veis cómo están de trabajadas. Hechas con todo el amor y paciencia del mundo, os aseguro que a las niñas (la mayoría) les va a encantar.

Quedan divinas en su habitación, la decoran de una forma fantástica. No son para jugar. Es un paso más allá…

Algunas son muy pequeñitas y no me pueden gustar más. Parecen salidas de «La Casa de la Pradera”, para quién se acuerde de aquella serie tan formidable.

Cuando era pequeña y la veía, ya me encantaba ese estilo de ropa y se la pedía a mi madre, que me aseguraba que no se veía a niñas así por la calle, que eran de “otra época”.

Me quedaba absorta mirando los gorritos, vestidos y todo en general.

Ya veis cómo Pepa Veira, con una destreza fuera de toda duda, las trabaja minuciosamente y con delicadeza.
¡Mirad el resultado! No pueden ser más de mi gusto.

Si la niña de comunión es muy coqueta y femenina, le entusiasmará. Seguro. Y mucho más a vosotras.

Desde luego, a mí me chiflaría que me regalaran una… ¡Qué pijotera eres! Dirían mis amigas… Jajaja.

Me da igual que me llamen pija o lo que sea. Hace mucho que no os lo comentaba y es que ya, paso de lo que me digan. Nadie de los que me lo dicen saben muy bien qué es ser pija.

Lo confunden con otras cosas y no lo voy a explicar por enésima vez. Ya no tengo ganas. Cuando me lo digan, asentiré sonriendo porque no tengo ganas de pelear por algo que antes me parecía tan importante.

Pues bueno, os dejo un montón de monerías. Vosotras decidís, pero tanto con las batas y camisones, como con las muñecas, triunfaréis.
Os lo aseguro.

Me voy a tomar un vaso de agua helada porque estoy achicharrada de calor. Hemos tenido 22 grados hoy. ¿En pleno febrero? ¿Qué está pasando en el mundo?

Estoy en un malísimo momento de mi vida, así que, perdonádme.
Espero haberos ayudado un poco. Yo, encantada, como siempre.
Ahora, me voy con Tess a la calle, que ya me está reclamando y es a la única que no quiero defraudar.
Lo que saben los animales… Son lo mejor del mundo.
Un beso regalado