
Una noche terrible, con truenos, relámpagos, ruido intenso… He pasado tanto miedo como cuando era pequeña. Desde que se murió Luis, no tengo un día sano.

Además, me tengo que ir enseguida de esta casa, en la que tan feliz he sido, pero que tanto me pesa ahora. Para dos gatos que somos, me sobran muebles, recuerdos, vivencias… Me sobra todo.
Además, en los momentos difíciles, es cuando menos te sientes apoyada. O al menos, yo.


Quitando un puñado de amigos que no llega ni a los dedos de una mano, los demás llaman de vez en cuando para que ver qué tal voy… Bueno, es que me espanta el cumplir por cumplir. Y como os digo, quitando a mi hermana, algunas primas y a ese puñadito, no me interesa nada.

Diréis, pues ¡Qué alegría leer hoy a ésta, con estos ánimos! Bueno, tampoco pretendo que me leáis, si no tenéis ganas. Sé que están los ánimos muy bajos por la crítica situación que estamos viviendo. Lo siento muchísimo. Por todos vosotros y por mí, que llevo un añadido enorme a mis espaldas.

Estos días, leyendo en facebook y comentando con amigas y con mi hermana, la cantidad de bautizos, bodas y comuniones, que ya, se han aplazado inevitablemente para finales de agosto y para el otoño, se me ha ocurrido, a pesar de lo triste y floja que estoy , animaros a todos a que este maldito virus no os quite esa ilusión. Ni a vosotros ni a vuestros hijos.

Sé que hay gente que ya lo tiene planeado en otras fechas, pero a todos aquellos que se sientan desamparados, como yo, aunque por motivos diferentes, les aconsejo, por encima de todo, que recuerden que tienen a su novio, a su hijo o a quién sea esperando para que sea el día más feliz de sus vidas.

Supongo que entenderéis, que, después de irse mis sueños al garete, al haber perdido a mi marido, todo esto, no me parezca para tanto. Pero, como todo es relativo en esta vida que nos ha tocado vivir, hay mucha gente con “un bajón terrible” por estas, me parecen ahora, tonterías.

A todos ellos, les animo, desde mi cuartito de escribir, en el que más a gusto me siento de toda la casa, que no sean tontos; que eso en la vida no es nada y que celebren, si cabe, más y por todo lo alto su compromiso, su comunión, su bautizo, etc.

Como siempre, intento aportar un pequeño granito de arena, nada más. Como estoy en estos mundos de la moda infantil, me decía el otro día una diseñadora que salió además, en la televisión, por la mañana, que muchos padres, y muchos novios estaban desolados, como si se les hubiera caído el mundo encima.

Hoy intento subiros la moral que yo no tengo, para aquellos que os ibáis a casar esta primavera o este verano y no habéis tenido más remedio que aplazarlo, por miedo, porque nunca se sabe cuándo se va a poder estar seguro de verdad.

Pues bien, a todos ellos, les dedico hoy mi artículo. Para las bodas más felices (estoy segura de que que será así) que se celebrarán en dos mil veinte, el peor año de mi vida.

He oído que, al estar todo cerrado, ni siquiera pueden elegir el modelo para los niños que llevarán las arras y es ahí cuando entro yo. Para ayudaros y que no decaiga ese ánimo ni por supuesto la ilusión con las que os casáis, sino que, al revés, lo recordéis siempre.

Será más tarde, pero será más bonita, con más ganas, con todo nuestro corazón puesto en ella.
Y para eso, recurro hoy a “ El Armario de Lucía”, en el que sólo tenéis que elegir una de las colecciones de tantas que tiene, para que los niños brillen como nada en ese día único de vuestras vidas.

Se hacen por encargo y no se tarda mucho, así que todas las de las bodas aplazadas, no necesitan ir de tienda en tienda y volviéndose locos con este asunto.

Os lo soluciono en un momento.
He elegido las colecciones que más me gustan para la ocasión, para ese día tan único y especial de vuestras vidas. Hay que seguir, no caer, no derrumbarse y vivir lo que habías pensado, como si esta situación que nos ha tocado vivir, no existiese.


Una de las colecciones es la Nicolette. Me chifla, en rosa empolvado con puntillas beige.
El vestido de vuelo, es un sueño. Ya lo veis. Tanto para pequeñas como para mayorcitas. Además, cada año, hace mejor tiempo, con que, aunque lo dejéis para septiembre, será una boda preciosa.

Ya lo veis en las niñas, con el vestido de vuelo, que me recuerda a las princesas de los cuentos, pero sin ser cursis, siendo elegantes, con buen gusto y clase. Son unos vestidos divinos. No tenéis nada más que verlos.

De talle alto, manga francesa y tiras de puntillas en el pecho y en el bajo. ¡Un sueño! Podéis llevar un cortejo nupcial para recordar. Y nunca mejor dicho, ya que este año será recordado por muchos…

El escote trasero cuadrado y una banda marfil con lazadota, que ya es la perfección. ¡Mirad a la pequeñaja de arriba cómo está con él! De anuncio.

Los complementos, parte fundamental del cortejo, que no se os olvide: bien unas flores, un cesto bonito, lo que sea…

El conjunto del niño, a pesar de todo lo que os quejáis, es lo más fácil de acoplar. En este caso, una camisa con cuello mao cruda, con la que aciertas seguro y bermudas con fajín en el mismo rosa que el vestido de las niñas. También puede ser sin fajín, con tirantes, etc. ¡Como más os guste!

Y por si os apetece y el día refresca, la capa, que ya sabéis que nada me gusta más.
Una capa en el rosa empolvado anudada mediante una lazada por delante, hace que todo sea mágico.

¡Cómo me pueden gustar tanto las capas!


De hecho, como siempre os digo, me gustan mucho más las bodas en invierno que en verano, ya que son más difíciles, pero el que va bien, se le nota mucho más que va bien. Así de claro. Tal y como va esta niña, con las Merceditas a juego y la cestita de Caperucita, no me puede entusiasmar más.

Hasta los bebés pueden ir conjuntados con la preciosa ranita y blusa, todo hecho a juego. ¡Ayyy, Lucía, cuántos años nombrándote y cuántos de éxitos tuyos! Sigue así y que nada te detenga. Luego cantaré, como siempre…

Paso a otra colección que me enamora, Ya sabéis que el crudo es mi color. Los crudos, los camel, los beige, los topo…. Vamos con la colección Mencía, un nombre muy burgalés, como yo y un nombre repetido en mi familia.

Esta colección es, no sé cómo decirlo… Me apasiona su tul bordado combinado con las batistas italianas y el aderezo tan increíble de la exquisita confección de los talleres de Lucía. Cuando la veáis, muchas sabréis que es lo que soñábais y no querréis despertar de ese sueño.


Mejor verlo en el vestido de vuelo, que no tiene desperdicio alguno. ¡Qué maravilla, por Dios! El tul bordado es una joya y la capota, no tiene nombre.

Por detrás, escote en pico y lazadota bien hecha, como diría mi madre (fundamental que esté bien hecha) y para qué quieres más… Una auténtica delicia.

Para niñas más mayorcitas, el vestido de talle bajo con las mismas telas, es monísimo, original y dulce. Serán las bodas más recordadas, eso seguro.

Precioso también, el conjunto de falda y blusa para las “mujercitas”. Les hace esbeltas y tiene la largura justa. Ni más ni menos.

No puede ser una boda más increíble con semejantes damitas. “La más bella historia de amor que tuve y tendré”…. Es lo que cantarán los novios, cuando todo haya pasado y la pesadilla se haya convertido en el sueño hecho realidad.

No dejéis nunca de decir a las personas que queréis, cuánto las queréis. Decídselo cada día, cuando podáis. Después, no sabéis cuántos cambios da la vida en un segundo y cuánto te puedes arrepentir de no haberlo dicho lo suficiente.

¡Carpe diem! Eso es lo que tenía que haber hecho yo, pero mi carácter pesimista y el no querer mostrarme tan vulnerable, me ha matado. Si pudiera retroceder en el tiempo, se lo hubiera dicho a mi marido cada segundo, cada minuto que hubiese podido. Él lo hacía y por eso, allá donde esté, quiero pensar que está feliz de haber sido como ha sido y habernos dado tanto, tantísimooo…

Ya veis aquí también al niño Mencía, que no puede estar más elegante con su fajín de tul bordado.
Y también los bebés, con el cubrepañal y la blusa Mencía. ¡Qué cucada! Para todas las edades, como podéis ver. Una auténtica locura de colección, no es por nada.

Y voy con la colección Valencié, tal vez mi favorita. Si eres una novia tranquila, sosegada, dulce (nada más opuesto a mí) y te gustan los tonos tierra (esto sí), acertarás de pleno con uno de los encajes más usados para todo tipo de primores y en esta ocasión, además, acompañado de lino, lo que nos deja esta espectacular colección.

Romántica y dulce, pero también de gente que tiene muy claro lo que le gusta y lo que no. Acertarás de pleno con ella. ¡No lo dudes!
Te dará paz y verás cómo queda todo homogéneo, perfecto, sin nada que lo enturbie. Es, simplemente, maravillosa.
Ya habéis visto a la niña del vestido de manga sisa y semicapota… Como si nos hubieran trasladado a otra época. ¡ Brillante! La clase y la elegancia de esta colección hablan por sí mismas. Sobran mis palabras.


El vestido de vuelo, una preciosidad, con escote cuadrado y una pechera que es una pura puntilla con lazo colgando, así como en los puños. No me puede gustar más, de verdad.
La niña que lo lleva, también hace ¿eh? Se la ve inquieta, traviesa, intentando mantener la compostura y es una delicia verla.

Con la semicorona de flores rosas, la cesta de flores en la mano y la lazadota trasera, ¿para qué más? No puede estar más bonita. Si tengo que poner una pega para rizar el rizo, yo le pondría los zapatos en el color topo del vestido, o bien, en rosa.
Divino también, el conjunto de falda y blusa, con todos los detalles de los que os he hablado.

Una niña que ya no quiere ir con vestidos… Esbelta y colosal. La blusa es un virguería, una delicia. Con sus flores en el pelo y la cestita en la mano, no puede estar más mona.

“Si alguna vez amé, si algún día, después de amar, amé…” Menos mal que ya me conocéis, porque estoy cantando la canción todo el rato y es que no puede ser más bonita ni transmitir tanto. Justo, además, ahora, que estoy con las lágrimas derramándoseme por toda la cara.

El conjunto del niño, puede ser con fajín (como más me gusta a mí), con botones, con tirantes…¡A elegir!

Y también, para el bebé, el cubrepañal con la blusa Valencié, que no puede ser más bombonazo.
¿Qué os parece esta colección? ¿No es de sucumbir? Si no lo veis así, será que ya no entiendo de nada o estoy tonta, que lo estoy, pero no para tanto. Vete tú a saber.
Divinísimo también el pelele, la braguita, la capota… Para todas las edades.

Y si os pasa que ya empieza a refrescar, como os he dicho antes, tenéis la maravillosa capa de la colección, con la que sacaréis suspiros a muchas.
No la comento tan siquiera. No hace falta. La veis y vosotras decidís. Menuda boda!

Por eso, os digo, que, aunque parezca que este año todo sale mal, algunas cosas saldrán mejor que nunca. ¡Lo veréis! Ojalá me lo aplicara a mí misma.
Y, a pesar de que hay muchas más,

la otra que elegiría sería la colección Caterina, en un gris azulado divino con blanco.

El vestido de vuelo, pues ya lo veis…”Si alguna vez fui sabio en amores, lo aprendí de tus labios cantores”…. ¿No os la sabéis? Serrat es único y en estos momentos, te remueve

hasta el alma. No paro de oír música y cantar. Todo el día igual. ¡Resistiré!
Con la semicapota en gris, así como toda la pechera de puntillas, los puños y el bajo. ¡Ohhhh! No puede estar más reluciente, diría yo. Ni más elegante. La elegancia es innata en esta colección fabulosa.


De nuevo, las puntillas grises en la blusa y en la cintura del conjunto de falda. Para las mayorcitas, sensacional. Es un conjunto realmente impecable. Idóneo totalmente para una boda de ensueño.

¡Cómo sienta! La largura, de nuevo, en su sitio. Ni más larga, ni más corta. Perfecta, como si se hubiera hecho con la niña dentro.

De nuevo, el conjunto del niño, con el fajín y los pantalones cortos. La camisa cruda con cuello mao y para mi gusto, es como mejor van. Sobrios y elegantes.
Para los más bebotes, tenéis el bombacho con la blusita, que es otra auténtica monería. Cada colección tiene modelos para todas las edades. ¿Cómo os quedáis, después de tanto decir que no hay tiendas abiertas?
Y cómo no, la capa Caterina, gris, soberbia. Para las bodas del año en el que todo cambió.

Os dejo con todo esto y si puedo, os dejaré fotos de otras colecciones, pero que sepáis que no os quedaréis sin vuestra boda soñada. Y recordad siempre que: «No hay nada más bello que lo que nunca he tenido… nada más amado que lo que

perdí”.
La música me hace vibrar, vivir, sentir. Espero que estéis mejor que yo.
Sólo un poquito, ya es suficiente. He tenido un día insoportable.
Un beso intentando mantenerme en pie