
Que sí, que sí, que lo prometido es deuda. Antes dejadme deciros que estoy un poco mejor, gracias. Jajaja. Mirad, entre corbatas de comunión, zapatos, coronas y demás cosas del pelo, además de los vestidos, claro, hoy he soñado que hacía la Comunión yo. ¡Imaginaros! La verdad es que iba monísima… me he vengado de mi traje de monjita, jajaja. No os describo el vestido, porque luego me lo copian.