
De regreso…. Y sigo como cuando me fui. El día que llegué a casa, no paré de llorar en toda la tarde.

Todo se me caía encima y no podía entender cómo me había pasado esta desgracia. Yo, que siempre lo había tenido “TODO” y más, que jamás pensé que me pudiera ocurrir algo así… y mira por dónde que sí.
No quiero seguir con capítulos de mi tristeza, porque otros tendrán otras y la vida es así de injusta y de complicada.

Cuando más feliz estás…¡ZAS! … te recuerdan que no eres infalible, que eres una más y que la vida te ha elegido a ti en ese momento para ser la más desgraciada del mundo.
He pasado el verano fuera, algo más tranquila, pero mal, por supuesto. Pero la llegada a la cruda realidad ha sido como una bofetada que aún me está doliendo.
Todos estamos pasando un año diferente, eso es verdad. Pero observo a la gente por la calle y los veo tan felices (o eso me lo parece a mí).

Si os digo la verdad, en este momento, no sé qué hacer con mi vida. No tengo ilusión por nada, ni por mis hijos.

No tengo alicientes ni motivaciones para nada. Me dicen que es pronto, que le de tiempo al tiempo… No sé.

Bueno, hoy escribo, porque muchas me habéis escrito este verano, pidiéndome que no lo deje y dentro de lo espantosamente que estoy, me ha hecho ilusión. ¡Pero si últimamente no escribía nada más que mi vida tan horripilante!
Sé que hay mucha gente que lo está pasando mal, por el trabajo, porque han perdido a alguien querido y porque la incertidumbre de lo que va a pasar con esta pandemia, sigue ahí agazapada, al acecho. Y cualquier precaución, es poca.

Por eso, voy a intentar que este post sea alegre, dentro de lo que pueda y voy a contestar a muchas de las que me habéis escrito sobre eventos otoñales y ropa para este invierno.
Si os digo la verdad, estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para ello. Me gustaría que todo el mundo vistiera a sus niños de colores alegres, flores, incluso de prendas más recargadas de lo habitual, más arregladas, que para eso llevamos un año negro.

No es año para vestir tristes. Y por eso, he elegido a tres marcas de las más rimbombantes del panorama de la moda infantil. Precisamente, no son mis favoritas, con excepción de “Chari Sierra”, de la cuál, siempre es un placer hablar y ver la delicadeza y maravilla de sus diseños.
Las otras dos son “La Amapola” y “Belcoquet”. Porque sí, porque en estos duros momentos, hay que dar la vuelta a todo y como os digo, vestir a los niños de rosas, flores, adornos… Para que ellos nos transmitan alegría y os aseguro que, la ropa puede transmitir muchísimas cosas.

En “La Amapola”, como ya nos tienen acostumbrados, no hay cabida para la sencillez, pero a veces sí para el asombro. ¡Es increíble como un Jesusito puede llevar tal cantidad de adornos, de diferentes telas, de volantes! Pues eso es lo que yo haría este año… Responder con alegría a un año triste y lúgubre.

Ya lo veis… tanto los jesusitos, como los vestidos, bien sean de tu gusto o no, transmiten optimismo a raudales.
Colecciones que enamoran a muchas, no me cabe duda. No os perdáis los modelos de la colección Beatriz, en rosas y verdes combinados, lazos de terciopelo, volantes a go gó, capota, etc. Y hay que reconocer que la niña está de revista.

Ya sabéis que también tenéis vestido a juego y en diferentes colores. Flores con lunares, volantes…¡todo está permitido!
Y la colección Garden, con un dibujo exclusivo, lleno de detalles, de una

villela bárbara, tampoco se queda atrás… Flores liláceas y rosas con un tímido camel en la parte de abajo. Ya lo veis también en vestido, Jesusito, vestido de talle bajo, etc…

“Chari Sierra” nos deleita una vez más con su gusto exquisito y yo no dudaría ni por un instante, ponerles algo de esta marca. Es belleza en estado puro, clase, buen gusto y con un toque que nadie más logra conseguir.
No me preguntéis por mi favorito, porque no lo tengo.

Además, depende de la edad, por supuesto.
La colección Fedra es mejor que la veáis. Una tela indescriptible que más no me puede chiflar… Los detalles justos, una delicadeza extrema… Bueno, ya estáis viendo el vestido de talle bajo, que es de enamorar por completo.

¿Y del conjunto de short con blusón, qué me decís? Nadie como ella para diseñar semejante modelazo… Fijaos bien en todo. Merece la pena, aunque cueste el doble. El color crudo, el tul, el ramillete de flores rosas por encima de la cintura…¡Uhmmm! ¡Delicioso es poco!

Para complementarlo y por si el tiempo no acompaña, tenéis una chaqueta con forro divina.

Para las más pequeñas, este Jesusito es el más bonito que he visto hasta el momento. Sobra la descripción ¿no? También el vestido a juego, por supuesto. ¡De escándalo!

Y la colección Ariadna, donde predomina ese rosa tan divino, tampoco puede ser más bonito….

La tela, como siempre de postín, con pequeños y delicados volantitos. No sé. Es el conjunto de cómo hace las cosas Chari. Está claro que tiene un don.

Siempre me sorprende, aunque ya estoy acostumbrada a que me chifle todo. Ya me diréis cómo es el conjunto de pantalón y blusón… ¡Que no falten esta maravilla de flores en ningún conjunto!

Vestido de vuelo, de talle bajo, Jesusito…¡Para todas! A los niños es mucho más fácil vestirlos para eventos, siempre lo repito. Y casi siempre se acierta más.

Da gloria hablar de “Chari Sierra”. Me estaría mirando sus diseños durante horas…
Y mirad que estoy mal. Pero aun así, pienso, ¿cómo se le habrá ocurrido este blusón? O cualquier cosa…
Y por último, de la marca “Belcoquet” y también en rosa (hay que vestirse de rosa este otoño), os enseño la colección Handel, otra maravilla donde no cabe lo liso. La tela es impresionante, los madroños, los pequeños detalles que hacen que los conjuntos sean espectaculares.

Jesusitos y vestidos que veremos, estoy segura en todas esas ceremonias que se tuvieron que retrasar y ahora los vestiremos con más ganas que nunca.
El vestido de vuelo para una niña de cuatro o cinco años, me tiene loca.
Apostando por lo seguro (rosa con detalles granates), la colección Albéniz, que hace un cuadro exquisito y la pechera, también de mirar y remirar…


Tenéis la opción de elegirlo en azul, pero el rosa ya se ha quedado conmigo. Vuelo, volantitos, cinta de terciopelo en granate… Elegantísimo.

El Jesusito os lo enseño en azul y así veis las dos opciones… Yo siempre diría que para mi gusto, es demasiado recargado, porque ya sabéis que soy más clásica.

Pero en este año, todo cabe y será un placer ver a niñas así vestidas y no con el miedo que tienen metido en el cuerpo, debido a esta terrible pandemia que estamos sufriendo. ¡Ellas lo disfrutan muchísmo! Son unas coquetonas a esa edad…
Termino con la colección Bizet, que de sencilla, como podéis apreciar, tiene poquito…
De nuevo en tonos rosas y crudos, es mejor que la veáis, porque si la describo no acabo.


Jesusito, con el que la niña está comestible del todo, aunque no sea precisamente el que yo elegiría, pero he de reconocer que está cañón…

Vestido de vuelo y conjunto de camisa y falda/pololo, según las edades. La tela es preciosa, con pequeñas florecitas y ya veis que abriga.
Lo que os digo: perfecto para cualquier celebración o porque nos de la gana, que menudo año


nefasto nos está tocando vivir.

Como veis, a las que me habéis preguntado, os digo que apostéis por el rosa. Siempre es un color cálido, que tranquiliza y alegra. Además, hay miles de gamas de rosa. ¡Arriesga y gana con este color!

Nunca hubiera imaginado recomendar estos conjuntos en otoño, tan “emperifollados”, como suelo decir… Pero , como ya os he repetido mil veces, no un año normal y por eso, os animo a llenar las calles de niñas rosas y alegres. ¡Bendita inocencia!
Perdonad por el año que llevo y bienvenidas a todas. Parece que escribir me llena. Es una de las cosas que más me gusta en esta vida, aparte de la música.
Mil gracias por vuestros mensajes, una vez más. Todo suma.
Un beso de algodón de azúcar