
Bueno, pues un día más. Sí, digo un día más, porque me están pesando como si fueran años. O más incluso.
Toda la noche he estado en vela buscando papeles, organizando lo que hay que presentar en la Seguridad Social, etc.

Porque en este mundo, encima de morirte, hay que hacer un sinfín de cosas, no parar y estar activa.
Aunque te quieras morir.

Aunque no puedas con tu vida y quieras pasarte el día tirada, sin ganas de nada.
Pues no puedes, porque es obligatorio hacer mil gestiones.
Y te dan ganas de plantarte y tirar todo por la borda. Así me siento hoy.
No sólo es carísimo morirse, sino que, para que te den dos duros, tienes que remover Roma con Santiago, enterarte de mil

documentos que hay que aportar y no sé cuántas porquerías más. ¡Es increíble la vida!
Repito, como para que no haya otra…
Así, que totalmente derrumbada, os escribo hoy desde mi cuartito, que es donde más a gusto me siento en esta casa tan enorme que se me hace tan vacía, tan extraña…
Ayer, preparando todo esto que
os digo que tengo que presentar por la muerte de Luis, a lo bobo, estuve hablando con unos amigos unas cinco horas por teléfono.

¡Muerta de vergüenza estoy!
Por muy amigos que sean, no hay derecho a que estén conmigo, ayudándome en todo, apoyándome…
En fin, les debo la vida y más.


Buscar piso, también es otra odisea, y más en este estado de confinamiento en el que estamos.
Aún no se pueden ir a ver “in situ”, así que lo único que puedo hacer es ver las fotos y total, no saber en qué árbol ahorcarme.
Sin ganas, sin ilusión, sin aliciente de ningún tipo. Así los miro.


No sé dónde voy a meter los muebles de tres casas, dos vidas y tantos recuerdos…

Es absolutamente imposible.
En fin, tantos sueños que se fueron al traste de nuevo…
Lo veo todo negro.

Siempre he sido pesimista, pero es que ahora, tengo mil motivos de peso, mil razones, miles de todo.
No tengo confianza en mí misma para nada.
Siento que lo hago todo mal y que sin Luis, no sé dar un paso. Ya os digo siempre que he vivido demasiado protegida. Y

ahora, cualquier cosa que hago, pienso que está mal hecha.
Aquí viene al caso, algo que siempre me decía Luis y era, que el mayor placer de una persona inteligente, es aparentar ser idiota, delante de un idiota que aparenta ser inteligente.
No es que me considere la más inteligente del mundo, por supuesto, pero para él, lo era todo y siempre me decía que, como no soy chula, esto que os he dicho antes, yo lo solía hacer con algunas personas.

Y he de reconocer, que, con muchos de estos “idiotas”, es un verdadero placer, efectivamente.
Os pongo un ejemplo de lo que me decía (era de un trabajo que estaba haciendo en su empresa)
LA PIEDRA:
El distraído, tropezó en ella.
El violento, la usó como proyectil.
El emprendedor, la usó para construir.
El campesino, cansado, la usó como asiento.
El niño, la usó como juguete…

Drummond, la usó como inspiración.
David, la usó para matar a Goliat.
Y Miguel Ángel, sacó de ella una bella escultura.

Eva (es decir, yo) se hizo un colgante y todo el mundo murmuró para sus adentros “es de Tous… es de Bulgari ….es de Suárez…. Lo menos es un Chanel».
Así estaba siempre y siempre me daba confianza. Como veis,

en todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre.


Así que no existe «piedra» en mi camino que no pueda aprovechar para mi propio crecimiento.

¡Eres fuerte! … es cómo si le estoy oyendo.
Así que, una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida.

«En mi caso, aunque aparentemente sea un caos, es sólo para poder decir que lo es, pero nunca llega la sangre al río porque lo tienes todo controlado.»


Todo me lo decía él. Yo ya no estoy segura de nada.
También decía de mí: Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa, «estoy bien».
Aun con el rastro de una sonrisa reciente en los labios, se las arregla para decir «estoy triste» y resultar convincente (que también tiene su mérito). Jajaja, qué bien lo pasábamos… ¡Él sí que era inteligente y con sentido del humor, que es una de las virtudes que más admiro!

Y es que, quien te lastima, te hace fuerte (eso lo tengo clarísimo con mil ejemplos recientes) y quien te critica, te hace importante.
También lo sé. ¿Está claro, no?

Y por supuesto, quien te envidia, te hace valioso. Son verdades como templos.

¡Anda, que cómo estoy hoy!

Os iba a hablar de camisones y pijamas ideales como regalo para Comuniones, pero ya lo vais viendo en las fotos, y si tenéis dudas, me preguntáis, porque ya veis, que, últimamente, empiezo y no sé si voy a cantar una Saeta o a ponerme a filosofar y llorar, como es el caso de hoy.

Pero es que me están pasando muchas cosas en muy poco tiempo y me lanzo y no puedo parar. Todo esto que he soltado, evidentemente, lo digo por algo, por alguien, aunque en tantas intimidades, no voy a entrar.

¡Que esto es un blog de modaaaa! ¡Que se me olvidaaaa!
Yo sé por quién digo todo. Quién me está lastimando, me está envidiando, etc.
No se lo quiero tener en cuenta, porque quiero creer que no se puede ser tan dañino en un momento como éste.
Pero no puedo llegar a comprenderlo del todo. Es inaudito todo lo que me pasa últimamente.

No sé si alguien entenderá algo de lo que estoy contando hoy, pero me relajo. El único momento del día en el que me despejo y me encuentro un poco mejor.
Luis decía que no podía haber nadie en el mundo que me deseara ningún mal, que no era posible. Pero Luis era Luis y sólo él lo veía tan claro.
¡Buenooo! Hoy sí que me tenéis que perdonar. ¡Anda, que la he liado buenaaa! Repito, no sé si entenderéis algo, pero me he quedado bastante mejor.

Y es que no hay nada mejor que hablar de quien amas y sentir que está a tu lado en todo momento.
Vuelvo a la realidad de las maravillas que estáis viendo y que son de «Artesanía María Luisa”, especializada en pijamas y batas de Comunión. Pero también en alpargatas, cojines y albornoces personalizados, tocados preciosos y mil cosas más.

Como siempre os he dicho, era el stand más bonito de la Feria. Me quedaba mirándolo extasiada al ver tanta monería, tanto mimo puesto en todo.
La perfecta coordinación en las telas exquisitas y todo tan ordenado y con un gusto fuera de serie.

¡No sabéis cómo me gustaba! Y es que, regalar estas cosas, es un vicio, además de algo original, diferente…

Las niñas se quedan encantadas como presumidas que son y tú, como madre, aún más de verlas tan coquetonas y tan requetemonas.

Ya veis que los capazos también son protagonistas y que, desde luego, es una firma que pone un cuidado especial en los detalles, como por ejemplo, los tocados.
Muchas niñas se los ponen con el camisón o pijama para las sesiones de fotos (lo de ahora es increíble, parecen novias) y tienen un recuerdo imborrable. Para siempre.


Si dudáis, el camisón clásico de encaje de bolillos a juego con la bata, no puede ser más acertado, aunque diría que cualquiera (los de estrellas, florecitas, los rosas empolvados de plumetti) es un acierto y un regalo divino e inesperado.

Pero qué voy a decir ya de esta marca, que llena ya los escaparates de muchas tiendas (lamentablemente ahora no los podemos comprar), pero, si este Gobierno de las narices se pone las pilas y deja de jugar con nuestra salud, tal vez lleguen las benditas Comuniones en octubre.
Eso espero de corazón. No vaya a ser que en otoño, haya otro repunte del que ya no podamos salir ( ya veis que estoy optimista).

Lo siento, pero este Presidente saca lo peor de mí.
Menos mal, que, con un poco de suerte, huyo de este mundo y me voy a vivir a un pueblecito rodeada de naturaleza, animales y paz. ¡A uno, al que no vayan visitas a ser posible!
¿Un beso ilusionado?