
Bueno, pues aquí estoy de nuevo. Los últimos días que paso ya en esta casa tan grande y ahora, tan vacía y tan llena de vida vivida, momentos felices e intensos…
No quiero pensarlo, porque lloro y no puedo ni permitirme ese lujo. Estoy recogiendo, separando cosas, viendo como todo se separa, como nos ha

pasado a nosotros.
Es domingo y parece que va a llover. Es un día raro. Otro más en este año del demonio. Pablo y Tess, aún están dormidos, así que mientras, me paso por aquí y ante la avalancha de preguntas (a pesar de la incertidumbre y de todo) sobre qué poner a las niñas (ya sabéis que los niños, para mí, son mucho más fáciles), os voy a hablar de “Amabela”.

Muchas os acordaréis de “Quesenote”, la marca tan preciosa de tocados, collares, pulseras y también complementos para niñas en el día de su comunión.

Pues bien, pese a que lo tenían pensado para el marzo pasado, lo retrasaron debido a la pandemia, pero visto que ningún momento es mejor ni peor, han sido valientes y se han lanzado al ruedo.
Son modelos preciosos, originales, diferentes. Nada parecido a lo que hemos visto hasta ahora para invitadas, arras, etc.
El toque de “Quesenote” se aprecia en cada detalle, en los complementos, telas, en todo. Más bonitas no pueden ir, siempre que sea un evento importante, acorde con los modelos que estáis viendo.

El modelo Aliana, un vestido con falda larga de tul en un rosa preciosísimo (algunas lo llamáis rosa viejo, otras, rosa liláceo) y elegante, con talle alto y pecho en blanco (me parece hecho en crochet), así como la exquisita capita de punto en los mismos tonos.

¡Cómo está la niña, por Dios! ¡Ojo! Sólo lo veo para cuando las niñas tengan un papel muy protagonista. Si no, corréis el riesgo de que parezcan disfrazadas. Hay que saber distinguir entre lo uno y lo otro.
La corona, el capazo… Ya estoy viendo a varias llevando las arras en una boda.
No se puede negar el talento de estas mujeres, tan creativas, tan llenas de buen gusto y tan valientes.
Han llegado justo para dar un soplo de aire fresco a nuestras vidas. Al menos, a la mía.
Telas, capitas, coronas, diademas, flores, tules, puntillas… Distraen la mente y el alma.


Impresionante el modelo Layna, en el que, de nuevo, vemos el vestido largo rosa de tul, con volante en el bajo, acompañado esta vez de una preciosa capita azul celeste subido, a juego con la corona que lleva los dos colores (rosa y azul), y que más bonita no puede ser.

Esta vez, un bolso de enamorar, en el mismo azul que la capita y con las flores rosas cayendo en cascada… ¡Qué conjuntazo! Los ojos se nos van sin querer detrás de la niña. Los colores atraen como la miel a las abejas, desde luego.

¡Qué ganas de alegría, de normalidad y de vivir momentos así!
El modelazo Nicole, otra maravilla. Ahora se trata de falda larga de tul en rosa, con talle muy alto y blusa blanca perforada con doble cuello.
Para días más calurosos, no puede ser más bonito. Me priva la corona de rafia dividida en tres y con las flores a los lados… Es cautivadora. Y cómo no, con el capazo.

Todo conjuntado y perfecto. Preparada para el más exigente


de los eventos.

Y en blanco total, el modelo Dorotea. Me parece de morir de bonito. Para una niña morena, lo más.

Chiflante el cuello de volantes en la tela perforada, que forma como un babero en la mitad. Los volantes hacen de mangas de los que cuelgan madroños, todo en un blanco absoluto.
Sólo rompe tanta blancura el precioso tocado de rafia con flores azules y lilas. ¡Cómo lo pueden hacer tan bonito! Es una locura poder llevar a una niña así. Si me las dejáis, yo las visto encantada…


El capazo, con las flores acorde con la corona. Mejor, imposible.

En blanco también, el modelo Asia, con un enorme babero de tul bordado que adquiere todo el protagonismo. Una cinta negra doble anudada en la cintura alta y falda recta.

Como siempre, precioso tocado a juego con el capazo. Si las niñas saben llevarlo con gracia, es divino. No es uno de los modelos más fáciles. Por eso lo digo.

Uno de mis favoritos, sin ninguna duda, es el modelo Mena. Impresionante blusa blanca perforada, de manguita corta y una especie de babero en uve, acompañada de una falda gris larga de tul con fajín en la misma tela y anudado en la espalda con una lazada.

No me puede gustar más. Mirad cómo es el tocado de brutal y por supuesto, el capazo, combinado a juego, con flores y puntillas en los mismos tonos.

¡Ayyy, qué ganas de ver la vida un poco mejor! Yo hago todo lo posible, aunque este año lo borraría entero. Lo increíble de la vida es que, a pesar del dolor tan profundo, de las ganas de desaparecer, de que todo se acabara, he tenido momentos buenos, inesperados e intensos…


Como si de unas hadas se tratase, aparece el modelo Chantal, también en grises, con un minúsculo y currito jersey de punto y falda larga de tul en gris con fajín ancho.

¡Qué preciosidad! Me parece de matrícula de honor. Y tanto la corona como el capazo, decorado con flores moradas y verdes, una combinación que me ha chiflado siempre.

Sólo tenéis que mirarla y si tenéis algún evento, no lo dudéis. Con cualquiera de ellos puede ir de lujo.

Termino con el modelazo Erika, compuesto por un jersey de punto gris claro, con manga al codo, bien currito, como me gustan a mí y una


falda larga de tul con volante, en gris más subido. También lleva fajín decorado con una florona en tonos rosas y verdes, de la que salen puntillas en marfil que me vuelve loca.

Como veis, también se puede poner en el pelo… Versátiles, además de preciosos.

Creo que estas diseñadoras se merecen un diez. Y creo que han hecho muy bien en sacar esta línea para niñas. A pesar de la que está cayendo, la ilusión no la pierden. Y qué queremos todos los demás que nos enseñen cosas así y no lo que vemos, oímos y vivimos cada día…

La vida es una locura. Es ingrata. Por eso, hay que tener momentos como estos.
Disfrutar de las pequeñas cosas de cada día, de los detalles, del amor… Siempre, del amor.
Un beso laaargo