¡Hola a todos! ¿No os quejaréis del tiempo no? Pensar la de gente que estará tomando el sol… Bueno, que dos amigas mías ya me han mandado fotos desde sus destinos, en la playa tan ricamente. Qué malas amigas…
En el fondo, lo hacen porque saben que no Seguir leyendo Athina: ¡Deja entrar la frescura en tu armario!
¡Ayyy, qué lunes más tonto! La mitad de España de vacaciones y la otra mitad preparándose para ello. Somos pocos los que nos quedamos, pero no me da mucha pena porque voy a tomar el sol y la verdad, se está en la gloria.
Además, el puente de mayo, me vengaré… jajaja. Seguir leyendo Caperucitaroja73: ¡Las maravillas que no encontraba!
Hoy he ido de cabeza todo el día porque he sacado a pasear a Tess tarde… ¡Pero todavía era muucho más tarde ya que ni me he acordado del cambio de hora! Con deciros que me enteré ayer por la noche… Soy un caso.
Bueno, algunos ya estaréis disfrutando de las vacaciones ¿no? Desde luego, en Madrid se nota muchísimo. Está absolutamente vacío y menudo tiempecito… ¡Vaya suerte! Hemos estado comiendo al sol, pero nos han tenido que abrir la sombrilla porque yo no lo aguanto. Seguir leyendo La Pequeña Costura: Déjate enamorar…
¡Ya es jueves! Aparte de que mañana sea viernes, los niños acaban las clases y empieza el ambiente vacacional.
Fijaos qué contenta estoy a pesar de que no me voy a ningún lado, ni siquiera a Burgos. Habíamos pensado ir a Santander cinco días, ya que, como sabéis, me chifla el Norte y voy de toda la vida… Además, aunque llueva, truene o granice, me gusta. Sus paisajes no tienen color con nada, sus playas, la costa… todo.
Hoy me he levantado con mal cuerpo y ayer tampoco me podía dormir. Estuve pensando en el espantoso accidente de avión en los Alpes, en el que ha muerto tantísima gente y me doy cuenta de que, cada vez somos más insensibles a estas noticias. Ya estamos acostumbrados. Pero ayer por la noche, como me acuesto tan tarde, vi a tantas familias llegando al aeropuerto destrozadas, que no podía evitar emocionarme y pensar que podíamos haber sido Seguir leyendo Rochy: el irresistible encanto de la discreción